La conmemoración pretende llamar la atención de la sociedad sobre las personas sordas, con discapacidad auditiva y sordociegas, que libremente optan por usar las lenguas de signos y convertirlas en una herramienta imprescindible para la construcción de igualdad, solidaridad y justicia.
Para las personas sordas, esta celebración es un paso más en la lucha de las asociaciones para la promoción, protección y normalización de estas lenguas, antes y después de su reconocimiento por Ley en 2007, y es asimismo una importante oportunidad para difundir una imagen positiva de las lenguas de signos y por tanto de las personas sordas y sordociegas.
Se celebra el 14 de junio porque ese mismo día de 1936 se constituyó la Confederación Estatal de Personas Sordas, principal agente catalizador junto a sus federaciones y asociaciones, de las iniciativas orientadas a la conquista de los derechos de las personas usuarias de la lengua de signos española y la lengua de signos catalana.
Cuanto mayor sea el conocimiento de estas lenguas y de su trascendencia para muchas personas sordas y sordociegas, con más facilidad se adoptarán actitudes de tolerancia y empatía entre la ciudadanía.