La instalación, que cuenta con un presupuesto de 47.000 euros aportados por el Cabildo, será construida sobre una pendiente ubicada en el lado norte de la playa y precisará de un remate de asfalto para conectar con la vía de acceso a la zona.
La actuación, de escasa entidad constructiva, ocupará una superficie de 100 metros cuadrados y aprovechará el desnivel para realizar un graderío que puede usar la ciudadanía como asiento para contemplar la playa en su totalidad.
El proyecto prevé reducir al mínimo el impacto visual e incluye dos bancos colocados en paralelo hacia la Montaña de Arinaga sobre una superficie revestida de madera tratada para exteriores. La plataforma superior contará, además, con unas ranuras en la cimentación para la colocación de bicicletas.
El suelo afectado por la intervención es de propiedad privada, por lo que es necesario un procedimiento previo de expropiación o de obtención de los terrenos para iniciar después los trabajos de construcción, cuya finalización está prevista en dos meses.