Plantas canarias y agroforestales (castaños e higueras, entre otros), más resistentes al fuego que la mayoría de las que pueblan actualmente sus cauces servirán para repoblar 12 hectáreas de Tocodomán (La Aldea), El Brezal (Santa María de Guía), Jiménez (Firgas), La Calva (Arucas), El Pino, Cañada Los Granadillos, Basayetas y Capellanías (Teror) y San Lorenzo (Las Palmas de Gran Canaria).
La intervención persigue dos objetivos fundamentales: fomentar el establecimiento de formaciones vegetales más resistentes al fuego y restaurar ecosistemas autóctonos.
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"Lo que pretendemos es crear barreras verdes a lo largo y ancho de nuestra isla", explicó María del Mar Arévalo, quien subrayó que "es más difícil controlar especies exóticas, que a menudo requieren grandes cuidados para evitar que se conviertan en material combustible, que la vegetación típica de la isla, por lo que los esfuerzos del Cabildo deben encaminarse a recuperar nuestros ecosistemas tradicionales".
Para ello, el Cabildo controlará, mediante el desbroce continuado, las especies vegetales más inflamables, aplicará fitocidas o la saca de rizomas y, por último, procederá a la repoblación y riego de los citados cauces.
Para esas tareas contará con la colaboración de pequeñas empresas locales, lo que, según la consejera "contribuirá a mejorar la situación de un sector que, como otros muchos, se ve duramente castigado por el actual contexto económico".