Como medida de comparación, el mayor aeropuerto de España -Madrid Barajas- registró 45,2 millones de pasajeros el año pasado y, todos los aeródromos españoles juntos alcanzaron los 194 millones de viajeros en ese mismo ejercicio.
Durante la ceremonia de la firma en Ankara, el ministro turco de Transporte, Binali Yildirim, ha asegurado que el nuevo aeropuerto dará empleo a unas 100.000 personas. La obras del nuevo aeropuerto, situado en la parte europea de Estambul, comenzarán el año que viene y su primera fase durará 42 meses.
Así, en 2017, está previsto que entren en funcionamiento la terminal principal y tres de las seis pistas proyectadas, con lo que su capacidad será de 90 millones de pasajeros. La infraestructura completa estaría terminada en 2025.
Un consorcio de cinco constructoras turcas ganó la licitación para construir el tercer aeropuerto de la ciudad, con una capacidad para 500 aviones y seis pistas de aterrizaje. Las empresas también asumirán la gestión del aeropuerto durante 25 años a partir de 2017, para lo cual pagarán al Estado turco más de 22.000 millones de euros.
Varios grupos de protección del medio ambiente han criticado el proyecto, ya que calculan que destruirá unas 6.200 hectáreas de terreno forestal para realizar este proyecto. Además, según informa el dario turco en inglés Hurriyet Daily News, la asociación que agrupa los colegios de ingenieros y arquitectos turcos ha llevado el proyecto a los tribunales al considerar que viola la actual legislación sobre los informes previos de evaluación de impacto medioambiental.