En silencio, cantando la Marsellesa y a menudo entre aplausos, los participantes han abogado por la solidaridad y la tolerancia frente a un terrorismo que ha traumatizado esta semana a la sociedad gala. La marcha, que según fuentes oficiales es la más grande de la historia del país, ha arrancado a las 15:30 horas, con un retraso aproximado de 30 minutos.
Tras protagonizar una imagen sin precedentes, los líderes políticos han abandonado la manifestación, en la que ha continuado Hollande. Todos ellos han desfilado con los brazos entrelazados, ofreciendo al mundo una imagen de unidad.
Han asistido, entre otros, la canciller alemana, Angela Merkel; el jefe del Gobierno español, Mariano Rajoy, o los primeros ministros británico, David Cameron, e italiano, Matteo Renzi.
Separados por apenas cinco metros caminaban el jefe del Gobierno israelí, Benjamin Netanyahu, y el presidente palestino, Mahmud Abás.
Un minuto de silencio
Aunque la salida estaba prevista desde la plaza de la República, la gran afluencia de gente hizo que los dirigentes y las víctimas abriesen la manifestación unos cientos de metros más adelante, en el bulevar Voltaire. Poco después, se guardó un respetuoso minuto de silencio.
Hollande saludó uno a uno a los líderes presentes, custodiados bajo fuertes medidas de seguridad. El presidente francés, junto a su primer ministro, Manuel Valls, también se ha acercado a saludar a los familiares de las víctimas de los ataques.
Los manifestantes han tenido que esperar para emprender la marcha, ya que el presidente francés y el resto de dirigentes, desplazados en autobuses desde el Elíseo, han llegado con algo de retraso al acto. Cuando lo han hecho, han apludido a la multitud.
"Je suis Charlie"
Los manifestantes han portado banderas francesas y de muchas otras naciones, entre ellas España. También han llevado carteles en los que se ha podido leer "Yo soy Charlie, soy policía, soy árabe, soy judío, soy francés", en referencia a que las víctimas de los ataques fueron periodistas, dibujantes, policías y miembros de la comunidad judía.
Más de 2.200 policías han sido desplegados en calles y tejados de la capital parisina para garantizar la seguridad, hasta un total de 5.500 -incluidos 1.350 militares- que han vigilado todo el área de París.
Viñetas de "Charlie Hebdo" y muchos mensajes a favor de la tolerancia han acompañado la marcha, al igual que unas impresionantes medidas de seguridad muy visibles en toda la ciudad.
La marcha también ha buscado dar una imagen de unidad frente al terrorismo, algo que refuerza la presencia de los dirigentes de Israel y Palestina. Quien no ha asistido ha sido la líder del derechista Frente Nacional, Marine Le Pen, que ha pedido a sus votantes que se manifiesten en provincias y no en París, informa Marisa Rodríguez Palop, corresponsal de TVE en la capital gala.
"El pueblo francés ha aportado la respuesta más bella" contra el terrorismo, ha afirmado ante una representación de policías y gendarmes el primer ministro, Manuel Valls, que ha dicho estar orgulloso de la movilización de sus compatriotas.
París, en su opinión, se ha convertido en "la capital mundial de la tolerancia, la libertad y la fraternidad", debido a la presencia de cerca de medio centenar de jefes de Estado y de Gobierno junto al presidente galo, François Hollande.
Homenaje a las víctimas en la gran sinagoga
Al terminar la gran manifestación, el presidente francés ha participado en una ceremonia celebrada en la gran sinagoga de París en recuerdo de las víctimas.
El jefe de Estado francés ha llegado a la sinagoga acompañado del primer ministro y de Netanyahu, todos ellos recibidos entre aplausos.
Diecisiete velas, una por cada fallecido, han sido alumbradas en el interior del templo, en el que según el diario Le Figaro había cerca de 5.000 personas.
Marchas en el resto de ciudades
De forma paralela, la respuesta ciudadana en el resto de ciudades del país también ha sido masiva, con unos 2,5 millones de ciudadanos en las calles, según los medios.
Una de las ciudades en las que el respaldo popular fue más numeroso fue Lyon (este), con unos 300.000 ciudadanos, según cifras policiales citadas por Le Figaro.
Otras 140.000, según estimaciones provisionales de las autoridades locales, han tomado las principales avenidas de Burdeos (sur), mientras que en Rennes (noroeste) cerca de 115.000 se unieron a esa reivindicación, de acuerdo con datos de la prefectura recogidos por ese diario.
En Grenoble se han juntado, según esa fuente, más de 100.000 personas, por encima de los 60.000 de Marsella (sur), o de los más de 10.000 de Dammartin-en-Goele (norte), localidad donde fueron abatidos los hermanos Sarif y Chérif Kouachi.
Como en la marcha parisina, las protestas en el resto del país estuvieron salpicadas de carteles con mensajes en solidaridad de las víctimas, entre ellos el popular 'Yo soy Charlie'.