La reunión informal celebrada en la mañana del viernes en la capital letona, Riga, ha sido "muy crítica" con Atenas, según ha reconocido el propio Dijsselbloem, en respuesta a las declaraciones de la misión griega, que han calificado de "paliza" el trato recibido por los ministros de la eurozona.
Sin nueva cita antes del final de abril
El análisis más positivo del encuentro ha sido la del presidente del BCE, Mario Draghi, que ha señalado que "existe una posibilidad razonable" de cerrar "con éxito" la actual evaluación del programa de rescate griego.
Sin embargo, el italiano también ha dejado la puerta abierta a una limitación adicional a los activos que el BCE podría aceptar a los bancos griegos como colateral de los préstamos con los que está manteniendo la liquidez de esas entidades.
Dijsselbloem ha negado la posibilidad de adelantar parte de la ayuda pendiente antes de cerrar el acuerdo global y se ha mostrado muy frío sobre la posibilidad de convocar un encuentro extraordinario antes de que termine abril, por lo que ha remitido el próximo debate sobre Grecia al Eurogrupo ordinario del 11 de mayo. "La única fecha en mi agenda es el 11 de mayo, pero mi agenda es flexible, así que mi agenda no es el problema aquí", ha insinuado.
Según el acuerdo alcanzado el 20 de febrero entre Atenas y el Eurogrupo, que permitió una prórroga de cuatro meses del progama de rescate, el plan de reformas tenía que estar negociado con las instituciones europeas a finales de abril.
Dijsselbloem: "Hay una gran sensación de urgencia"
Ya a la llegada a la reunión, el presidente del Eurogrupo había declarado que, "para Grecia, es urgente lograr un acuerdo para tener apoyo financiero y garantizar que hay bastante dinero disponible para que el Gobierno siga funcionando".
"Los plazos límite son más importantes para la parte griega que para el Eurogrupo", ha resaltado Jeroen Dijsselbloem, quien ha destacado que el Gobierno heleno también es consciente de la necesidad de acelerar las negociaciones. "He hablado con mis colegas en Atenas y están muy determinados a lograr un acuerdo, y saben que el tiempo se está acabando", ha indicado.
El político holandés ha apuntado que "hay una gran sensación de urgencia para todos sobre la necesidad de lograr un acuerdo, pero hay trabajo por hacer antes de que el Eurogrupo pueda tomar una decisión".
El comisario europeo de Asuntos Económicos y Financieros, Pierre Moscovici, ha dejado claro al llegar a la reunión que las negociaciones "se mueven, pero lentamente, incluso demasiado lento".
Frágil situación de las finanzas griegas
La delicada situación financiera de Grecia evidencia esa urgencia por desbloquear los 7.200 millones de euros que quedan pendientes del segundo programa de asistencia financiera de la eurozona y el FMI, al que debe pagar 200 millones el 1 de mayo y otros 745 millones el día 12.
Atenas reconoció este miércoles que el Estado está "al límite" desde enero y esa falta de liquidez ha sido el motivo que llevó al Gobierno a publicar el lunes un decreto que obliga a las entidades locales a transferir sus reservas en efectivo al Banco de Grecia, para prestárselas al Estado.
El Eurogrupo de este viernes ha servido para "hacer balance de la situación" y, "después, se verá lo que traen las próximas semanas", ha dicho el jefe del foro de ministros, que ha apuntado que "abril todavía no ha terminado" y, por tanto, todavía puede cumplirse el primer plazo fijado para cerrar un principio de acuerdo con Atenas.
Por ahora, los socios de la eurozona prefieren no hablar de nuevas fechas, y recuerdan que, en todo caso, la fecha límite es la del 30 de junio, cuando expira la prórroga concedida al Gobierno griego.
El desacuerdo está en las recetas
En un artículo colgado este viernes en su blog, el ministro de Finanzas griego, Yanis Varufakis, recalca que el Gobierno de Atenas "está deseoso" de proceder a una serie de reformas y que comparte buena parte del diagnóstico que hacen los acreedores sobre la situación del país, pero no las recetas que deben aplicarse.
"Los desacuerdos con nuestros socios no son insalvables. Nuestro Gobierno está deseoso de racionalizar el sistema de pensiones (por ejemplo, limitando la jubilación anticipada), proceder a la privatización parcial de bienes públicos, hacer frente a los créditos morosos que están obstruyendo el flujo de crédito, crear una comisión tributaria totalmente independiente, o fomentar el espíritu empresarial", dice Varufakis.
Según el ministro griego, la diferencia principal entre la visión del Gobierno heleno y la de los acreedores radica en que éstos se aferran a recetas que han fracasado y que denomina las "trampas" de la austeridad y de las reformas.
A juicio de Varufakis, el método utilizado por la Comisión Europea, Banco Central Europeo, Fondo Monetario Internacional de fijar para la deuda unos objetivos de porcentaje determinados en una fecha concreta han tenido un efecto contrario al deseado. Para lograr esos objetivos, era necesario marcar unos superávit primarios de tal magnitud que acababan teniendo un efecto negativo sobre la economía, lo que a su vez hacía imposible lograr la meta fijada.
En lugar de este modelo, "se debe trazar un plan a futuro basado en suposiciones razonables para el superávit primario, que sean consistentes con las tasas de crecimiento de la producción, la inversión neta y la expansión de las exportaciones, y que puedan estabilizar la economía y la relación deuda-PIB de Grecia", dice Varufakis.
Además, al margen de la cumbre europea extraordinaria sobre inmigración celebrada este jueves en Bruselas, el primer ministro griego, Alexis Tsipras, se ha reunido con su homóloga alemana, Angela Merkel, a la que ha trasladado también su deseo de lograr el pacto antes de finales de mes. "Estamos más cerca que en los últimos tiempos", ha anunciado Tsipras.
Tsipras ha resumido que los puntos de desacuerdo son la reforma laboral, las pensiones, la subida del IVA y las privatizaciones, y ha dejado claro que las discrepancias no son técnicas, sino políticas, ya que su Gobierno quiere acabar con las políticas de austeridad que considera impuestas por la Unión Europea.
De este modo, ha advertido que no "ahorcará" al país y que mantendrá sus líneas rojas: no aceptará los recortes que sus socios le exigen en materia laboral, salarios y pensiones.
Los ministros pierden la paciencia
La mayoría de los ministros han mostrado su decepción con el proceso de negociación al entrar en la reunión en Riga.
El ministro austríaco de Finanzas, Hans Jörg Schelling, se ha mostrado un poco "exasperado por los constantes retrasos y la falta de decisiones", y sobre todo, ha asegurado estar decepcionado por la ausencia de documentos sobre el estado de las finanzas de Grecia.
"No está la información. Tampoco las demás instituciones nos pueden decir más. Cada mes [Grecia] dice que está al límite. No podemos seguir así. Hay que tomar decisiones", ha recalcado Schelling. "Los demás países también tenemos que tomar decisiones difíciles" y "hacer reformas complicadas", ha sostenido.
El titular económico de Austria ha insistido en que, legalmente, una salida de Grecia del euro no es posible, porque un país solo puede salir de la Unión Europea y "nadie desearía" un desenlace así, con sus consecuencias importantes para todos los Estados miembros.
Por su parte, el ministro de Finanzas eslovaco, Peter Kazimir, se ha declarado este viernes "un poco cansado" de las negociaciones con Grecia y ha señalado que "no hay tiempo para palabrería diplomática o política". "Hablamos y hablamos, pero falta la sustancia, éste es el problema crucial. Y estamos esperando las auténticas propuestas y las auténticas cifras, y el tiempo se acaba", ha criticado Kazimir a su llegada a la reunión informal del Eurogrupo.
También el ministro de Finanzas lituano, Rimantas Sadzius, ha dicho estar "decepcionado" por la marcha de las negociaciones con Grecia. "Las negociaciones se están acelerando, pero no es suficiente para tomar decisiones. Y todos necesitamos decisiones, un resultado final que todavía no está ahí", ha apuntado.
Piden a España más reformas en el mercado laboral
El Eurogrupo ha analizado también el tercer informe de la misión de supervisión posterior al rescate de la banca en España, elaborado por los inspectores de la Comisión Europea y del BCE tras su visita de control a Madrid -que tuvo lugar entre los pasados 12 y 18 de marzo-, tras el fin del rescate bancario por el que España recibió 41.300 millones de sus socios europeos.
En este documento, se avisa de que, pese al regreso del crecimiento, persisten "desequilibrios significativos en la economía española", en particular el alto paro y la deuda elevada, y piden al Gobierno que adopte "medidas adicionales" para reducir la dualidad en el mercado laboral y que acelere otras reformas, como la ley para liberalizar los servicios profesionales.
Según ha declarado Dijsselbloem a su llegada al Eurogrupo, "la economía española está acelerándose muy, muy bien. Por supuesto, ya ha hecho muchas reformas, pero creo que se puede hacer más (...) en temas como el mercado laboral y las reformas fiscales".
Después de la cita del Eurogrupo, se reunirán el Ecofin, es decir, todos los ministros de Economía y Finanzas de la Unión Europea. Los Veintiocho abordarán la situación económica de la zona y otras cuestiones de estabilidad financiera, su potencial de crecimiento y las reformas, así como la aplicación de cada país de las recomendaciones específicas hechas por Bruselas.
También se debatirán posibles medidas para cerrar la brecha en las inversiones y las prioridades en la puesta en marcha del Plan Juncker.