Además, el alcalde ha tomado la decisión tras consensuarla con el titular del Interior, Jan Jambon: "Junto al ministro de Interior, hemos decidido no hacer celebraciones el jueves por la noche". El primer ministro belga, Charles Michel, ha apoyado la decisión del regidor, al afirmar que es "justa, teniendo en cuenta las informaciones que recibimos". Michel ha recalcado en una entrevista que tanto él como el resto de su Gobierno permanecen en Bruselas y que no saldrán de vacaciones en medio de la amenaza terrorista.
La capital belga ya suspendió los fuegos artificiales de la Nochevieja de 2007, cuando estaba también bajo alerta terrorista después de que se frustrara un plan para liberar al tunecino Nizar Trabelsi, encarcelado por intentar volar una base militar. Este año, varias capitales de todo el mundo han puesto en marcha dispositivos especiales de seguridad de cara a la última noche del año para evitar atentados, entre ellas París, Londres y Nueva York.
Este año, los fuegos artificiales iban a tener lugar sobre el cielo de la plaza De Brouckère, en pleno corazón de la capital belga. Según la cadena RTBF, solo los mercadillos de Navidad del centro de la ciudad se mantienen, aunque el alcalde ha recalcado que la medida no implica que todo esté cerrado mañana en la capital belga.
"Los restaurantes, los bares, las salas de fiesta privadas permitirán a la gente celebrar" el Año Nuevo, ha señalado, al tiempo que admitía que la decisión de anular todas las festividades ha sido "difícil". Mayeur ha recalcado que la policía se desplegará en el centro de la ciudad para velar por la seguridad de todos aquellos que quieran salir a las calles.
No obstante, las implicaciones económicas que tiene la medida preventiva serán grandes para el sector de la hostelería, donde ya se ha notado una disminución fuerte de las reservas en los restaurantes por la amenaza terrorista que pesa sobre la capital.
Bruselas estuvo varios días en alerta máxima después de que se confirmara que varios de los terroristas que perpetraron los atentados de París procedían del barrio bruselense de Molenbeek y que el principal fugitivo, Salah Abdeslam, había vuelto a Bélgica. Desde entonces, las pesquisas de los investigadores, tanto belgas como franceses, se centran en la ciudad, al tiempo que se trabaja para evitar posibles ataques.
Este mismo miércoles se ha practicado una nueva detención relacionada con los atentados de París, mientras que el martes se supo a través de la Fiscalía federal belga que las fuerzas de seguridad consiguieron frustrar varios atentados en otros tantos lugares "emblemáticos" de Bruselas y arrestaron a diversos sospechosos.
Dos de los detenidos, Mohamed Karay, de 27 años, y Saïd Souati, de 30 años, se encuentran aún bajo mandato de arresto. Ambos eran miembros del club bruselense Kamikaze Riders, según el diario belga La Dernière Heure.
Además, las fuerzas de seguridad llevaron a cabo varios registros el domingo y el lunes en las regiones de Bruselas y de Lieja, así como en el Brabante Flamenco, durante los que se incautaron de varios objetos, sobre todo material informático, vestimenta de entrenamiento militar y material de propaganda del grupo terrorista Estado Islámico.
Los arrestados tenían como objetivo la propia Policía belga, en concreto la Comisaría General cercana a la turística Grand Place de Bruselas, sobre la que habían proferido "amenazas concretas". La capital belga, al igual que para el resto de Bélgica, mantiene el nivel tres de alerta terrorista de cuatro posibles, de forma que policías y militares siguen patrullando las principales avenidas de la ciudad.