Dicho monumento a la naturaleza, inaugurado hace menos de una década, es obra del afamado escultor Pereda de Castro y se trata de una estructura de corte arbórea y de movimientos inspirados en el vuelo de las grajas. Dicha escultura estaba englobada en una actuación y dirigida por el fallecido artista pasense Antonio Capote Pozuelo. De dimensiones aproximadas sobre los diez metros cúbicos, está realizada en acero corten con oxidación provocada, por lo que probablemente las rachas de viento usuales en la zona provocaron su deterioro con el paso del tiempo.
Es lamentable comprobar que a día de hoy y desde hace más de cuatro meses dicho monumento se encuentra en el suelo, desconociéndose si hasta la fecha se han iniciado las actuaciones previstas encaminadas a reforzar la seguridad de la obra y de todos aquellos que transitan por el enclave del mismo.
Por ello, el dirigente centrista solicita al Cabildo Insular se interese en restituir dicho monumento a su emblemática situación lo antes posible, ya que con el paso del tiempo este conjunto escultórico se ha convertido en un elemento significativo del paisaje de la cumbre que divide en dos a la Isla de La Palma y las dos comarcas de la Isla.
Es triste comprobar que un valor cultural de referencia, que en palabras de uno de sus creadores "maneja los ritmos con el aire, maneja la transparencia, al igual que un remolino de grajas que giran sobre un punto, sin que para nada rompan la estética del entorno" haya cesado su revoloteo en los cielos de El Paso y repose sobre el suelo sin que nadie le ayude a remontar el vuelo, concluye Alfonso López.