Las coladas norte y sur permanecen prácticamente paradas, pero el avance de una de ellas, la colada tres ha destruido este jueves algunos edificios que se habían salvado. La lava afecta ya a 911 hectáreas de la isla y ha destruido 2.183 construcciones, según el programa europeo Copernicus. Más de 7.000 personas permanecen evacuadas de forma preventiva.
La elevación del terreno en las inmediaciones del centro eruptivo, de 10 centímetros, según el Instituto Geológico Nacional se ha ido revertiendo casi al completo, y las altas tasas de emisión de dióxido de azufre (37.350 toneladas según la última medición), indican que el final no está próximo. Los científicos vigilan el avance de las coladas de lava que fluyen hacia el oeste.
La isla sigue registrando cada día decenas de terremotos, el último de una magnitud superior a 4 se ha registrado este miércoles con epicentro en la Villa de Mazo. El mayor seísmo desde que comenzó esta crisis volcánica alcanzó una magnitud 4,9 e intensidad IV (sobre un máximo de XII), que fue ampliamente sentido en toda La Palma se produjo el pasado fin de semana.