En las primeras horas del lunes, antes de que se parara el tremor, el volcán emitió enormes cantidades de dióxido de azufre, en unas condiciones meteorológicas (con la capa de inversión térmica muy baja en la atmósfera) que dificultaban mucho su dispersión. Ese día, por primera vez en esta emergencia, los 33.000 vecinos de los tres municipios que han cruzado las coladas de lava (El Paso, Los Llanos de Aridane y Tazacorte) tuvieron que permanecer durante casi cinco horas confinados en sus casas y los escolares en sus centros educativos.
Según datos del programa europeo de satélites Copernicus, un total de 2.910 construcciones han sido destruidas y la superficie de la isla afectada por el volcán alcanza las 1.226 hectáreas, dato que el Pevolca establece en 1.193 hectáreas.