Los rótulos cerámicos tuvieron su origen en el primer tercio del siglo XX, cuando a su vez sustituyeron a otros facturados en material similar que se diferenciaban en cuanto a las dimensiones y al contenido ya que aquellos incluían el tipo de vía de que se trataba.

Pérez subraya que "estos elementos tienen su importancia patrimonial, pues son un elemento singular y distintivo de la imagen urbana de La Orotava en las vías en las que se encuentran ubicados". Según los datos del estudio llevado a cabo por la propia Concejalía de Patrimonio Histórico, se conservan un total de veintiún rótulos cerámicos originales, configurados todos ellos por piezas individuales de cerámica correspondientes a cada letra. De esos veintiún, once se encuentran en perfecto estado de conservación, siendo necesario actuar en los restantes.

Los trabajos consistirán en la reposición de las letras ausentes o parcialmente afectadas e irrecuperables mediante su recomposición o pintado, a través de una empresa especializada en cerámica.

Con esta acción—recalca Narciso Pérez—pretendemos recuperar estos elementos tan característicos de nuestro conjunto histórico y acabar con la imagen de letras que faltan, mejorando así el recinto histórico.