Para los administradores de fincas colegiados, la convocatoria de este año incide en los inconvenientes que ya fueron señalados en su día al director del Instituto Canario de la Vivienda para ser subsanados, como el exiguo plazo de 15 días hábiles para la tramitación de la documentación requerida, que es ingente, así como por no simplificar el procedimiento de solicitud de estas ayudas, lo que anima a desistir de solicitar las subvenciones.
Esta queja del CAF tinerfeño fue expuesta en una reunión con el director de Vivienda del Gobierno de Canarias, José Gregorio Pérez Medina, en mayo pasado, en la que, contrariamente a lo que se comprueba ahora, el responsable autonómico de Vivienda se comprometió a realizar un documento de solicitud más ágil, con menos trabas a la hora de cumplir los requisitos para el acceso a las ayudas.
Para los administradores de fincas colegiados de la provincia tinerfeña, estas subvenciones no parece que estén diseñadas para favorecer a los inmuebles privados que también requieren de obras urgentes muy necesarias, puesto que la tramitación de la documentación exige aunar la voluntad de cada propietario para reunir certificados, el acuerdo previo de la comunidad en cuanto a las obras, la solicitud de la licencia de obras y otros muchos requisitos que, además, suponen un elevado gasto que puede no verse compensado.
Hay que tener en cuenta que la tramitación de toda esta documentación no garantiza que se vayan a percibir las ayudas solicitadas o el importe que se precisa, de forma que son muchos los administradores de fincas que han comunicado al CAF tinerfeño su desánimo porque son pocas las solicitudes que prosperan finalmente.
Por todo lo dicho, los administradores de fincas colegiados de la provincia tinerfeña reclaman, una vez más, un procedimiento simplificado, más ágil y realmente eficaz para el objetivo que se pretende, la rehabilitación del parque urbano de viviendas en las islas. Para ello, sugieren al Instituto Canario de la Vivienda que investigue lo que hacen otras comunidades autónomas, en las que las ayudas son más amplias y numerosas.
