Las acciones, orientadas a reducir el riesgo de desprendimientos, se extendieron durante varias semanas y consistieron no sólo en la eliminación de toda la materia rocosa con posibilidad de caída, sino también en asegurar el resto con el fin de evitar el desprendimiento. En última instancia se instaló una tela metálica de alta resistencia que hace la labor de colchón en caso de caída de piedras, además de evitar que éstas ocupen la vía eliminado el posible riesgo tanto para vehículos como para peatones. Cabe destacar que esta zona, antes de las obras, presentaba importante riesgo sobre todo tras temporales, ocasionando que muchas veces se tuviera que cortar el tránsito en la carretera por la caída de rocas.

"El Cabildo insular ha demostrado mucha diligencia al atender nuestra petición, por lo que debe ir por delante nuestro agradecimiento. Entendíamos que esta obra era prioritaria por varias razones, no sólo porque esta carretera recibe bastante circulación diaria sirviendo tanto como conexión alterna entre San Juan y San José, sino también porque en ella están situados establecimientos como una granja o un taller que necesitan de buenos accesos, además de ser vía principal para el acceso a una urbanización, Vistabella, que cuenta con decenas de vecinos", explica la alcaldesa Fidela Velázquez.

"En este orden de cosas, seguiremos solicitando acciones tanto al Cabildo Insular como al Gobierno de Canarias, similares o de otro rango, que permitan mejorar, poco a poco, tanto el trazado municipal, como nuestro Patrimonio o la comodidad de los rambleros", concluye.