El primer edil, Escolástico Gil, comenzó la reunión realizando un repaso de todos los trámites y estudios realizados desde que en octubre de 2015 comenzaron a aparecer una serie de grietas en el firme de la vía y se decretó el cierre parcial de la calle y la prohibición de paso de camiones hasta que el pasado 18 de octubre salió a licitación la ejecución de la obra por un importe de 1.064.758'83 euros.
Entre esos dos años, Gil recordó que se realizaron dos asambleas informativas con representantes de las comunidades de vecinos; se ejecutó un primer estudio geológico por parte la empresa Terragua Ingenieros; se realizaron nuevos sondeos y pruebas sísmicas por parte de Teno Ingenieros Consultores SL; y se llevó a cabo un segundo proceso de catas para conocer el estado del subsuelo a una mayor profundidad. Estos trabajos previos tuvieron un coste de 58.600 euros. Además, se establecieron hasta tres reuniones en las que ha intervenido la Consejería de Ordenación del Territorio y Seguridad del Gobierno de Canarias, entre otros hitos.
"Agradezco la paciencia que han tenido la mayoría de vecinos, pero deben saber que no ha sido, ni será, una obra sencilla", advirtió el alcalde, quien expuso que "nos encontramos con un problema sobrevenido a los dos meses de entrar en la Alcaldía cuya solución lastrará la inversión del ayuntamiento durante los próximos años". Pese a ello, el alcalde enfatizó que "garantizar la seguridad y la tranquilidad de los vecinos es lo primordial y para ello hemos actuado, paso a paso, y con informes de técnicos especializados sobre la geología del terreno, al tiempo que hemos ido informando periódicamente de los avances en el proyecto".
Por su parte, los técnicos de la empresa redactora del proyecto expusieron que el origen del problema de descalzamiento de la vía proviene de varios factores, entre ellos, la existencia de un antiguo cauce sobre el que se asentó la urbanización, la posible mala compactación del material de relleno y la ausencia de elementos de contención.
La solución propuesta, después de la realización de hasta siete sondeos y perfiles sísmicos, pasará por la construcción de una pantalla continua de micropilotes, para lo que se deberá perforar el terreno hasta una profundidad máxima de 23 metros, la inyección de hormigón armado a través de los micropilotes y el posterior anclaje de los mismos al terreno.
Al término de la reunión informativa, en la que también llegó a intervenir el arquitecto municipal para responder a varias preguntas de los asistentes, el alcalde rosariero se comprometió a convocar a los representantes de la comunidades de propietarios a una nueva reunión para, cuando la obra ya haya sido adjudicada, consensuar las principales soluciones para resolver el tráfico en la calle durante el tiempo que duren los trabajos.