El sexto teniente de alcalde y concejal de Infraestructuras, José Alberto Díaz-Estébanez, ha recordado que la rehabilitación de este inmueble es una prioridad para el grupo de gobierno, "lo que explica que, independientemente de la eventual participación del Cabildo tinerfeño en la financiación de la obra, hayamos previsto ya una partida específica para acometer los trabajos".
Se da la circunstancia, además, de que la Junta de Gobierno del Ayuntamiento –también con fondos municipales- ya ha adjudicado la redacción del proyecto, cuyo plazo de entrega concluye el próximo mes de marzo.
Díaz-Estébanez señaló a este respecto que una vez redactado el proyecto, se someterá al trámite de aprobación, "el cual debe contar con los informes preceptivos que se demanden por parte del equipo redactor entre los que estarán preceptivamente incluidos los de la Gerencia Municipal de Urbanismo, Asesoría Jurídica, Intervención General y, especialmente, el de la Comisión Insular de Patrimonio Histórico".
Precisamente, el Ayuntamiento no renuncia a la participación del Cabildo en la financiación de la obra a través del programa MEDI, cuya inclusión ha venido solicitando desde su inicio. Es más, Díaz-Estébanez confió en que el preceptivo convenio con la Corporación insular se pueda firmar también a lo largo de 2018.
La ejecución total de las actuaciones contempladas en el proyecto dependerá del plazo de ejecución que se establezca en el proyecto técnico de obra y, sobre todo, del plazo en el que se obtengan los informes preceptivos favorables requeridos para la aprobación formal del proyecto por parte de la Junta de Gobierno Local.
Casa de la Juventud
La rehabilitación de la Casa Mascareño permitirá, además de su preservación como elemento patrimonial, su uso como Casa de la Juventud, con lo que la ciudad ganará nuevo equipamiento de servicios para este sector de la población, al igual que se hará con la Casa Siliuto, en El Toscal.
La Casa Mascareño fue declarada Bien de Interés Cultura (BIC), con categoría de Monumento, en julio de 2018. Emplazada entre la Avenida Venezuela y la calle Fermín Morín, la casa habría de ocupar el centro de una de las manzanas resultantes del nuevo trazado del barrio de Buenavista.
La ejecución del proyecto de su construcción observa la preceptiva racionalista: estructura de pilares de hormigón, muros de bloques prefabricados, cubierta plana de hormigón armado, planta irregular -entendiendo como tal el alejamiento de la simetría bilateral, que no la ausencia de equilibrio en el conjunto-, ausencia de decoración en los paramentos, disposición de pilares exentos -dos, en fachada- de hormigón, uso de un antepecho metálico y reticulado -desaparecido- en la terraza de la fachada sur, así como la provisión de otros elementos industriales como carpinterías exteriores metálicas, persianas abatibles,.
La terraza se desarrolla sobre el forjado de la planta baja, dotándola de un voladizo sostenido por tirantes metálicos, mientras que los huecos de la fachada se abren mayoritariamente hacia el oeste. La fachada este ha sido modificada con la adición de un módulo sobre pilares que no cuadra bien con el resto de la fábrica. En cuanto a la planta, destaca la articulación de dos espacios conexos, libres -hall y comedor- a partir de la entrada (sin vestíbulo).