'Todos somos científicos´ es el lema elegido para llevar a cabo esta acción formativa de una hora y cuyo objetivo era animar al público asistente para que se conviertan en científicos. Así lo propuso el geógrafo mexicano, Israel Baxin Martínez, quien realiza un estudio en colaboración con la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, y que ha dado un par de charlas sobre las similitudes y diferencias que existen entre las islas mexicanas y el Archipiélago canario.
Las charlas ofrecidas durante estas Semanas de la Ciencia y la Innovación forman parte del proyecto Clipperton, que Baxin está realizando, y en el que afirma que las islas han sido en la historia de la humanidad territorios que han inquietado a los seres humanos de diversas formas. "Se han brindado a los científicos, como laboratorios naturales, como material para explicar teorías, pero también han inspirado a poetas y literatos, ya que tienen a modo de litoral una delgada línea entre realidad e imaginación. En las culturas marítimas previas y en las actuales, siguen encerrando misticismo, mitologías debido a su diversidad natural y cultural"
Insiste Baxin, que a nivel humano, "una verdadera isla lo es cuando se encuentra habitada y en ella el espacio adquiere características particulares de la sociedad que la ocupa. La insularidad es una condición intrínseca a las islas habitadas, en función de factores como su extensión, lejanía, fragilidad ambiental, situación económica y poder político. Pero la insularidad también es una situación que merece abordarse desde un interés social: hay singularidad cultural en cada poblamiento isleño, donde el mar que rodea, une".
Bajo estos puntos de partida, la idea del taller era animar a los 40 participantes para que consideren su papel como ciudadanos y se conviertan en científicos "llevando a cabo un viaje sensorial y visual que tengan en cuenta todo lo que huelen y todo lo que sienten, expresándose para empezar a actuar y hacer cambios reales en el entorno".
Curiosidad, exploración y descubrimiento
El taller usando las nociones de observación, exploración, descubrimiento y curiosidad
como puntos de partida, ha fomentado la creatividad artística y científica, enriqueciendo la conciencia sobre el entorno personal y de comunidad, objetivos marcados desde sus inicios por la celebración de las jornadas científicas que de forma anual organiza la ACCISI desde hace nueve años en todas las islas.
Baxim, que estudia la relación existente entre las poblaciones insulares y sus peculiaridades ante la vida, pretende promover la curiosidad, incitar a la ciudadanía a conocer de forma "profunda y amplia lo que se considera como espacio y tener un mayor conocimiento científico de un lugar, de su valor medioambiental y los retos que existen a su alrededor".
Por tanto la acción, parte de la base de que cualquier persona que desee buscar respuestas, ya tiene ganados puntos para ser científico. A través de una práctica en la que los participantes han hecho una pequeña incursión para explorar su entorno "que desarrolle sus habilidades de percepción espacial, conocimiento geográfico y biológico, y una mayor conciencia de los problemas medioambientales", después han tenido que reflexionar sobre la experiencia, "deben tener la oportunidad de comentar sobre lo que hicieron y analizar cómo pueden empezar a actuar y producir cambios en su entorno", argumenta.
Con estas acciones formativas "corremos el riesgo de proponer que cualquiera puede ser científico. Basta que alguien decida entornar los ojos donde no ha mirado con cuidado y después se atreva a saltar al vacío de la incógnita. Nos hace tanta falta sentir la emoción de saber que no todo es tierra firme", pero concluye que no debemos tener temor a ello y por eso dice a la gente "explora sin piedad, explora el mundo. Porque es un espejo empañado, quizá te descubras en alguno de sus reflejos, reencontrándote y cambiando el mundo".