El presidente autonómico de ANPE Canarias, Pedro Crespo, lamentó en días pasados que "en los últimos años se cuestione de forma permanente todas las decisiones del profesorado por parte de familia y alumnos".
En relación al 1 de mayo, Crespo ha recordado que esta lucha fraguada en el siglo XIX en Estados Unidos costó vidas y lucha sindical para obtener un horario laboral de ocho horas. En este sentido, lamenta que "en pleno siglo XXI hay quien todavía considere como un lujo las mejoras laborales para el sector docente".
El sindicato ha hecho de nuevo referencia a la necesidad de la figura institucional del Defensor del Profesor. Así, han reiterado a la Administración Educativa que culmine la asunción de sus responsabilidades y preste asistencia tanto psicológica como jurídica al profesorado agredido en el ejercicio de su actividad docente. Como muestra tangible de apoyo a la profesión, demandan una equiparación retributiva frente a la media estatal. Se trata de una negociación relativa a la "homologación" de los años 90, es decir, una equiparación gradual de las retribuciones por medio de un acuerdo que contemple un compromiso de gasto para que el profesorado canario pueda percibir los importes correspondientes a sexenios y tutorías, entre otros complementos.
Del mismo modo, se exige el cese de "recortes" históricos que permitan regresar a las 18 horas lectivas semanales en Secundaria, se incremente el profesorado de apoyo en Primaria y se reduzcan progresivamente las ratios profesor-alumno en todos los niveles.
Por último, Crespo asegura que la situación actual "es insostenible y ya es hora de abordar la negociación de este asunto capital con hechos tangibles, medibles y cuantificables". "Reducir nuestra lucha a que queremos subirnos el sueldo es hacer tambalear la sociedad de derechos laborales cuyas bases se cimentaron sobre víctimas de un sistema que quiero pensar que es hoy en día obsoleto", reflexiona.