Tras intercambiar diagnóstico y análisis de la situación educativa del Archipiélago, representantes de la Plataforma reiteraron la urgencia de convertir la educación en una verdadera prioridad a través de su financiación justa y necesaria. Porque, tal como se le transmitió a la consejera de Educación, presentar unos presupuestos que incorporen los 245 millones adicionales que se requiere para superar el umbral del 4% constituye una obligación para el Gobierno, una necesidad para Canarias y una oportunidad para este trascendental servicio público que no se puede postergar.
Una obligación para el Gobierno porque, recuerdan desde la Plataforma, " así lo ha establecido una ley emanada del Parlamento como máximo órgano de la soberanía de Canarias".
Una necesidad imperiosa para superar los retos de la Educación canaria: desfase socioeconómico y cultural de la población adulta que lastra el desarrollo educativo del alumnado, grave retraso en la implantación infantil de 0-3 años (a la cola del Estado), precariedad de las plantillas docentes (las segundas por la cola, con un déficit de más de 2.400 profesores), infraestructuras obsoletas, insuficiencia de las ayudas para el material escolar, etc.
Una oportunidad, porque la recuperación económica ha permitido la recuperación de los ingresos fiscales necesarios para recuperar la financiación digna que nuestros servicios públicos se merecen. Las transferencias del Estado, ahora que se considera que han alcanzado el nivel que Canarias se merece, constituyen una oportunidad para recuperar la financiación de los servicios públicos.
Y todo ello es, en opinión de la Plataforma por el 5%, urgente, porque el alumnado de hoy no puede esperar por los recursos de mañana.
La Plataforma, por último, transmitió a la consejera que no vale escudarse en el marco competencial o en los posibles recursos financieros que dependan del Estado, ya que otras comunidades autónomas (Extremadura, Andalucía, Murcia, Cantabria, Valencia, Castilla-La Mancha, etcétera) vienen dedicando más del 4% de su PIB a la educación sin esperar o depender de los recursos transferidos por el Estado.