Por su parte, la novia ha hecho su aparición cinco minutos más tarde en un precioso automóvil Daimler DS 420 de color azul que fue comprado por la Familia Gran Ducal en 1988. Y tras salir de esta joya de la carretera, ha llegado uno de los grandes momentos del día: descubrir cómo era su vestido de novia.
El resultado no ha podido ser mejor, y es que la nueva heredera al trono ha sabido potenciar su belleza con un diseño de Elie Saab confeccionado a base de encaje color marfil y bordado con hilo plateado. En el pelo, la princesa ha optado por un velo de tul de seda del mismo tono que el vestido pero esta vez bordado con hilo de oro. Sin duda, una gran elección.
Una vez concluida la ceremonia religiosa, los príncipes se han dirigido al Palacio Gran Ducal para asomarse al balcón y hacer las delicias de las miles de personas que se habían congregado en el lugar para poder disfrutar de los primeros momentos de Guillermo de Luxemburgo y Stéphanie de Lannoy como marido y mujer.