d) Apoyo vecinal: En la casa había unas cuarenta personas; entre ellas unos quince periodistas. Desde pasadas las cinco de la mañana, comenzaron a llegar vecinos, pero la Guardia Civil les impidió el paso hacia la vivienda. En la calle se formaron dos grupos; uno por debajo de la casa, a unos 50 m. y otro por arriba, a más de 100 m., que gritaban consignas contra el desalojo. En un momento determinado el grupo de arriba rompió el cordón policial, pero este fue reforzado y se contuvo a la gente.
e) Desalojo: A las ocho llegó la secretaria de la jueza. Nos avisaron por megáfono que abriéramos. Al no hacerlo, a golpe de ariete rompieron la puerta y entraron. En todo momento fueron correctos y muchos de ellos nos pedían perdón y decían que "lo sentían". Es decir, que nos trataron como merecíamos: como ciudadanos honrados, trabajadores, pacíficos... que sólo pretendíamos apoyar a nuestros vecinos en un acto tan injusto y de tanta trascendencia para ellos.
Lo que no entendemos, y mucho menos compartimos, es la actitud de la Secretaria Judicial que, una vez desalojados, no permitió a los servicios médicos que atendieran al matrimonio, que se encontraba mal, dentro de la casa, gritando a los agentes: "no los dejen entrar en la casa...". A esto le respondió un policía: "pero señora, que ya han sido desalojados". ¡Fueron atendidos en la calle!
f) Actuación de la policía: Entendemos que el despliegue policial fue excesivo, pero claro: venían decididos a desalojar. No sólo impidieron la circulación de vehículos, sino la de los vecinos a sus domicilios. ¡Hasta los panaderos tuvieron que cargar el pan en unos improvisados carros!
Tampoco pudo pasar el Alcalde, ni la abogada de Asuntos Sociales, personal sanitario, ni a los Medios de Comunicación. Estos realizaron una sentada de protesta al no poder desarrollar su trabajo.
En palabras de D. Antonio: "tanto despliegue para echar de su casa a dos viejos".