En esta ocasión, las incidencias secuenciales y zonales de la tromba de agua, conforman una fotografía muy similar, con la diferencia de la existencia de una sola víctima, pero también a considerar que, en esta ocasión, con una menor cantidad de agua caída por metro cuadrado (136 litros frente 224 en el 2002)
Los puntos rojos bajo los puentes de Santa Cruz y de La Laguna, continúan siendo similares sin que aún se hayan mejorado los sistemas de evacuación del agua. La salida del barrio de La Salud, sigue siendo aún una trampa mortal por la cantidad de agua de lluvia que concentra y la velocidad con la que discurre, menos comprensible cuando linda con un barranco hacia el que resulta fácil drenar. El barrio de San Andrés, y aledaños continúa siendo castigados, cuando no por el mar, por las lluvias torrenciales, siéndole negada la necesaria ejecución de un plan integral de protección ante los fenómenos naturales marinos y meteorológicos adversos. Las repetidas inundaciones de la arteria costera, resulta igualmente incomprensible ante la proximidad del mar. Añadidamente, el Hospital Universitario suspendía parte de sus quirófanos por la segunda grave inundación de una gran parte de sus dependencia.
Con este temporal de agua, son nuevamente muchos los pequeños empresarios, autónomos y humildes trabajadores los que, nuevamente, se han visto afectados por la ruina de sus negocios, los desperfectos en sus propiedades y resentida su precaria economía. Para Intersindical Canaria no vale, tal como han hecho las autoridades municipales y insulares, responsabilizar a la meteorología de los daños habidos. Tras 12 años trascurrido, duerme aún en el Parlamento canario el denominado "plan de defensa contra avenida", y ayer mismo, los alcaldes de Santa Cruz y La Laguna, planificaban aún la búsqueda de soluciones para el drenaje de agua en la zona limítrofe de los dos municipios entre los núcleos poblacionales de Taco y Tincer como puntos críticos.
Intersindical Canaria es de la opinión que las instituciones públicas municipales, insulares y autonómicas tendrán que, con carácter inmediato, atender bajo su entera responsabilidad, todas las necesidades de los damnificados por el temporal de lluvia, en las que se incluyen los daños en comercios y los perjuicios por el cierre de los mismos, así como quebrantos en los domicilios particulares y otros daños sobre las personas y las cosas. Entendemos que tampoco las autoridades son ajenas a la muerte de la ciudadana arrastrada por la fuerza del agua en la Avenida Venezuela y finalmente fallecida al sufrir un infarto.
Intersindical Canaria
