Además, según ha explicado Oxfam este miércoles, "en el último año, las 20 personas más ricas de nuestro país incrementaron su fortuna en 15.450 millones de dólares -más de 1.760.000 dólares por hora- y poseen hoy tanto como el 30% más pobre de la población (casi 14 millones de personas)". Así, en conjunto, las 20 mayores fortunas de España acumulaban en marzo de este año una riqueza de 91.320 millones de euros.
Esta evolución ha empeorado el dato proporcionado el pasado enero por la misma organización no gubernamental, que equiparaba las 20 mayores fortunas del país con los ingresos del 20% de la población más pobre.
En el estudio "Iguales. Acabemos con la desigualdad extrema. Es hora de cambiar las reglas" que hace publico este jueves y que analiza datos de 50 países, Oxfam advierte de que el incremento de la desigualdad podría causar un retroceso de décadas en la lucha contra la pobreza.
Ganar 400.000 euros por minuto
Mientras el número de "milmillonarios" con fortunas de más de 1.000 millones de dólares se ha duplicado en el mundo desde que se desencadenó la crisis en 2008, las desigualdades se han disparado, destaca Oxfam, que culpa de este desequilibrio a "políticas concretas" que generan sociedades "duales" y "poco cohesionadas".
Según los cálculos de la organización, durante el último año, las 85 personas más ricas del mundo aumentaron sus fortunas un 14%, lo que supone que, en conjunto, lograron beneficios de 528 millones de euros cada día, lo que equivale a ganar casi 400.000 euros por minuto.
Así, estima que cualquiera de las tres personas más ricas del mundo tardaría casi 200 años en agotar toda su fortuna, con un gasto diario de un millón de dólares.
Leyes hechas a medida
Los dos motores principales que han alimentado el incremento de la desigualdad, según la ONG, son el "fundamentalismo de mercado" y "la captura del poder político por las élites", que generan leyes hechas a la medida de los intereses de unos pocos.
"La creciente desigualdad no es fruto del azar, sino el resultado de políticas concretas que han desequilibrado la balanza y han permitido a unos pocos obtener beneficios que se incrementan día a día, mientras la mayoría de las personas pierde derechos, poder y oportunidades para prosperar", ha afirmado el director general de Oxfam Intermón en España, José María Vera.
"La desigualdad extrema es un freno a la prosperidad para la mayor parte de los habitantes del planeta", asegura la directora ejecutiva de Oxfam Internacional, Winnie Byanqueyima, en el prólogo del informe, donde agrega que, en la actualidad, "el crecimiento económico solo está beneficiando a los más ricos, y seguirá siendo así mientras los Gobiernos no actúen para revertir esta dinámica perversa".
España, segundo país más pobre de la UE
España tiene que dejar de ser el segundo país más desigual de la Unión Europea, ha apuntado Vera, quien reclama políticas redistributivas para reducir la desigualdad.
Entre otras medidas, el director general de Oxfam Intermón en España apuesta por recaudar de forma justa y progresiva, invertir en políticas públicas para garantizar la igualdad de oportunidades, acortar las escalas salariales y reducir las brechas entre hombres y mujeres.
Para Vera, el Gobierno va en dirección contraria, al promover una reforma fiscal que no servirá para recaudar de una manera más justa y al presentar unos Presupuestos Generales del Estado que no elevan el gasto social.
Latinoamérica y Caribe, región más desigual del planeta
En América Latina y el Caribe, que -a pesar de los avances en las últimas décadas- sigue siendo la región más desigual del planeta, los más ricos acaparan casi el 50% de los ingresos totales de la región, mientras los más pobres reciben solo el 5%.
En el período de un año (entre 2013 y 2014), el número de milmillonarios en esa región se ha incrementado en un 38%, un aumento muy superior a cualquier otra región del mundo.
Los ricos latinoamericanos acumulan una riqueza similar al PIB de Brasil en paraísos fiscales. Según Oxfam, las empresas en Latinoamérica y el Caribe registran niveles de evasión que van del 46% en México, al 65% en Ecuador, sin suficientes sanciones.
