Los arrestados son sospechosos de haber forzado la valla para entrar en Hungría, lo que con las nuevas leyes que han entrado en vigor en la medianoche del martes constituye un delito.
El Gobierno húngaro ha declarado este martes el "estado de crisis" en dos provincias meridionales fronterizas con Serbia.
Las autoridades también han explicado que han puesto en marcha dos puntos de tránsito en la frontera en los que los migrantes que lo deseen pueden solicitar asilo. Las solicitudes pueden atenderse en cuestión de horas, aseguran las mismas fuentes, citadas por Reuters, pero aquellos que no soliciten asilo serán devueltos a Serbia.
La nueva situación creada en Hungría ha provocado ya las protestas de los refugiados. Centenares se han concentrado ante la valla que interrumpe la principal autopista entre Hungría y Serbia y han pedido a gritos que se abra la frontera.
Por su parte, Belgrado ha advertido que no aceptará a los refugiados que Hungría intente devolverle "a la fuerza". "Están en territorio de Hungría y esperamos que el estado húngaro los trate como es debido", ha declarado el ministro serbio de Trabajo, Aleksandar Vulin.
Desde las principales organizaciones sociales que trabajan con migrantes han exigido a los gobiernos de la UE que "cumplan" con sus compromisos internacionales y ofrezcan una respuesta "rápida" a las miles de personas que huyen de Siria.