Con motivo de esta efemérides, la Tertulia Amigos del 25 de Julio y el Ayuntamiento de Santa Cruz organizaron hoy dos actos públicos de reconocimiento a una mujer "extraordinaria", que se enamoró de Santa Cruz y de sus gentes: una ofrenda en el cementerio y el descubrimiento de una placa en el lugar que ocupaba la casa en la que pasó sus últimos años, en la esquina de las calles Bernabé Rodríguez y El Pilar.
Justo a la entrada del camposanto, en un lateral del paseo central, se levanta un panteón a semejanza de los templos masónicos. Flanqueado por dos columnas que, sin embargo no sostienen ninguna estructura, su acceso se realiza a través de tres escalones, que simbolizan el grado de Cervantes en la Logia: Hermana Hospitalaria de Honor y Grado 3.
Allí, el alcalde de Santa Cruz de Tenerife, José Manuel Bermúdez, glosó la figura de la genial arpista: "Para Santa Cruz es un orgullo que un personaje de la talla intelectual de la arpista decidiese pasar sus últimos años entre nosotros y para el Ayuntamiento, una obligación rescatar su figura y dejar constancia de su 'vocación' chicharrera".
La ciudad, a juicio del alcalde, necesita "seguir poniendo en valor el patrimonio histórico y sentimental de la ciudad, que casos como éste nos permiten calificar como mayúsculo. Santa Cruz –continuó- ha sido cuna, puerto y casa de numerosos personajes ilustres, que han construido parte de nuestra historia, y a los que debemos honrar como se merecen".
La intervención del alcalde cerró un acto en el que también tomó la palabra el presidente de la Tertulia, José Manuel Ledesma; tras la disertación de este último, se ofició un responso por parte del párroco de San Pío X y se colocó una corona de flores ante la tumba.
Ledesma recordó que la compositora, "después de haber actuado en los mejores teatros del mundo desde que tenía 12 años y haber recibido homenajes de reyes, emperadores y presidentes de varias naciones, a la edad de 57 años, eligió nuestra ciudad como lugar de residencia para descansar".
Las notas del Arioso de Bach, a cargo del cuarteto Rossini, pusieron punto final al homenaje en Santa Lastenia, al que acudieron los concejales de Servicios Públicos, Dámaso Arteaga, y de Patrimonio Histórico, Yolanda Moliné.
La segunda "parada" del reconocimiento tuvo lugar en el centro de la capital tinerfeña, justo en la esquina de las calles Bernabé Rodríguez y El Pilar, donde estuvo en tiempos el chalé donde vivió y murió Esmeralda Cervantes. Una placa con la leyenda "En la casa que ocupaba este lugar vivió desde 1918 a 1926 Esmeralda Cervantes (Clotilde Cerdá y Bosch), célebre compositora y concertista de arpa, quien consideró a Tenerife su tierra adoptiva" recordará para siempre el vínculo de la ciudad con una genial mujer.