Hierro dulce oxidado
La mencionada actuación que fue adjudicada a la empresa Matías García García, en la que el Cabildo invertirá unos 53.000 euros, se lleva a cabo fundamentalmente en las dos torres de su fachada norte, que tienen 43 metros de altura y presiden la Plaza de San Juan, así como en las tres cresterías de piedra labrada bajo los imponentes rosetones de las fachadas de la iglesia. En las otras fachadas (sur, este y oeste) sólo se revisarán en esta primera fase de intervención los pináculos, así como otros ornamentos de diversa naturaleza.
Las piezas ornamentales de cantería que están siendo retiradas se clasificarán y documentarán para, en una segunda fase, proceder a su rehabilitación y posterior reincorporación a las zonas de donde han sido desalojadas. La calidad de la piedra empleada en dichos elementos decorativos por los canteros de Arucas no ha podido evitar que, con el paso del tiempo, la penetración de la humedad y del agua que, al contacto con el hierro dulce, ha venido provocando la reacción química que ocasiona la dilatación de este metal que llega a alcanzar hasta doce veces su primitivo tamaño.
Los trabajos se están llevando a cabo con personal especializado en trabajos verticales y con grúas articuladas que permiten el acceso a las altas torres de planta octogonal construidas con anterioridad a la década de los años 30 del siglo pasado. Ninguna de estas dos torres es accesible, ya que no cuentan con escalera en su interior, por lo que su cuidadosa revisión requiere el uso de dichas grúas y la colocación exterior de andamios para acceder a las mismas desde el nivel de la cubierta del templo, situado a 20 metros de altura.
Castellano Bello ya se responsabilizó en 2011 de los trabajos de restauración que también acometió el Cabildo de Gran Canaria en la denominada Torre del Reloj de la Iglesia de San Juan Bautista de Arucas, año en el que se incoa expediente para la declaración como Bien de Interés Cultural en la categoría de monumento del citado templo, situado dentro del BIC Conjunto Histórico del Casco Histórico de la Ciudad de Arucas, declarado en 1976.
Una estampa única del norte de la isla
La Iglesia de San Juan Bautista de Arucas se ha convertido en la estampa más carismática del municipio norteño, además de un referente tanto cultural como turístico de la Isla. Conocida popularmente por los grancanarios como la 'Catedral' de Arucas, el templo parroquial fue construido a principios del siglo XX para reemplazar a la primigenia ermita levantada en 1502 por los primeros pobladores españoles tras la conquista de Gran Canaria. En 1908 se aprueba el proyecto del arquitecto catalán Manuel Vega i March (1871-1931) y un año más tarde se coloca la primera piedra, un sillar de cantería, situado en los cimientos de la puerta norte de entrada al templo que da hacia la Plaza de San Juan. La dirección de obra la asumió el arquitecto grancanario Fernando Navarro y Navarro (1864-1925). Fue abierto al culto en 1917, aunque la construcción de su cuerpo principal se prolongaría hasta 1932. Las obras de ampliación no han cesado desde entonces y, en 1977, se produce el año de su inauguración oficial. En 2009 se celebró el centenario de la colocación de la primera piedra de este templo ejemplar, en donde la cantería se convierte en protagonista de una obra excepcional de gran valor artístico, levantado a lo largo de los años con el trabajo y con aportaciones económicas de los habitantes de Arucas.