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14 Nov

Cáritas atendió el año pasado a 216 personas con trastornos relacionados con el consumo de alcohol

Santa Cruz de Tenerife/ Hombre de entre 36 y 45 años de edad, con estudios, separados o divorciados y en situación de desempleo.

Este es el perfil más habitual de las personas que son atendidas por Cáritas Diocesana de Tenerife en el Proyecto Drago, una Unidad de Atención a las Drogodependencias (UAD) especializada en los trastornos relacionados con el consumo de alcohol. Con motivo de la celebración mañana, 15 de noviembre, del Día Mundial Sin Alcohol, se ha publicado el informe anual elaborado por dicha unidad, que asistió el año pasado a un total de 215 personas y 121 familias.

El citado programa, que surgió en 1998 en los comedores sociales que tenía la entidad junto al antiguo albergue municipal, se centra en la desintoxicación, deshabituación y rehabilitación alcohólica de los pacientes, cuyos perfiles y problemáticas han ido cambiando a lo largo de los últimos años. No en vano, actualmente el 48% de las personas que acuden a Drago presenta patología dual, un trastorno adictivo que coincide con un trastorno psiquiátrico. Igualmente, el número de pacientes que se encuentran en exclusión social supera el 29%, siendo la mayoría de ellos derivados al recurso por sus propias familias o por los Servicios Sociales.

Subvencionado por la Dirección General de Salud Pública del Servicio Canario de la Salud (SCS), el Proyecto Drago trabaja desde un enfoque biopsicosocial, a través de un equipo formado por una médico, una psicóloga y una trabajadora social. Desde el año 2009, la cifra de personas atendidas en el recurso que gestiona Cáritas Diocesana de Tenerife ha crecido cerca de un 40%, siendo la edad media de inicio al consumo los 17 años, con un 15,5%. No obstante, el segundo porcentaje más elevado de inicio al consumo (un 14,4%) se produce en jóvenes de 14 años. La mayoría de las personas que acuden al programa son hombres, en un porcentaje del 76%, si bien el de mujeres es ya de un 24%. El 44% de los usuarios atendidos presenta un familiar de primer rango alcohólico, cerca de un 90% tiene dependencia alcohólica y un 11% reconoce un consumo abusivo.

El Proyecto Drago es una unidad de atención a la drogodependencia específica en el trastorno por el consumo de alcohol, que ofrece orientación, información, valoración y derivación a otros centros; tratamiento individual y grupal; planificación conjunta entre paciente, terapeuta y familia; tratamiento médico, psicológico y social; y asesoramiento en prevención de drogodependencias. Además, realiza campañas de sensibilización y acciones de carácter formativo. En lo que va de año, se ha atendido a 204 personas y un 30% de los pacientes han logrado el alta terapéutica.

Uno de estos casos de recuperación es el de Antonio (nombre ficticio dado para preservar su intimidad). Reconoce que "no quería dejar de beber porque pensaba que sería otra persona, pero en realidad no era así. Ahora estoy contento, orgulloso de mi mismo y con la autoestima cada vez más elevada", recalca Antonio, quien reconoce que sus relaciones familiares han mejorado "muchísimo". "Mi mujer quiere que vaya a verla, mis hijos están contentos, y ahora soy un verdadero abuelo para mis nietos".

Antonio, que además de acudir a terapia está realizando cursos de formación para reinsertarse en el mercado laboral, expone que "los amigos me apoyan y en el curso que estoy haciendo los profesores están contentos con mi evolución". "Ahora el dinero me llega a final de mes, algo que antes de entrar en Drago no ocurría".

En la misma línea se manifiesta Ángel, quien señala que ahora se siente más capaz "de juntar corazón y cabeza". "Ahora me siento más positivo, y a mi vida ha vuelto la tranquilidad". No en vano, recuerda que recientemente volvió a ver un partido de fútbol de su hijo, quien tras meter un gol "abandonó el campo para venir a la grada a abrazarme y me dijo: Estoy orgulloso de ti, papá".

Cáritas Diocesana de Tenerife quiere reforzar en el Día Mundial Sin Alcohol el mensaje de que el consumo nocivo de alcohol tiene grandes repercusiones en la salud pública y está considerado como el tercer factor de riesgo más importante de muerte prematura e incapacidad, siendo igualmente uno de los cuatro factores de riesgo principales sobre las enfermedades no transmisibles.

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