Una realidad inaceptable y del todo escandalosa, que refleja y es la expresión máxima de la desigualdad entre hombres y mujeres. Y somos hombres y mujeres quienes debemos sentirnos interpelados a prevenir y combatir esta violencia, de la que no podemos mostrarnos ajenos como sociedad.
En este objetivo, tenemos que poner de relieve el papel clave de la Psicología para intervenir ante los comportamientos machistas y para potenciar las habilidades para lograr lo que llamamos la cultura del buen trato. Mientras que también como colectivo profesional nos sentimos implicados en este cambio social tan necesario para una sociedad más justa e igualitaria.