El artículo 8 de la Ley de Protección de los Animales de Canarias, reza: "queda prohibido expresamente a los fotógrafos el uso ambulante de animales como reclamo, así como la utilización de cualquier tipo de productos o sustancias farmacológicas para modificar el comportamiento natural de los animales que se utilicen para el trabajo fotográfico". Se desconoce si los animales que aparecen en las fotografías han ingerido algún tipo de fármaco, pero su presencia desde hace días en las principales calles de la ciudad norteña ha llamado la atención de los transeúntes conocedores de la normativa.

Voluntarios del Partido Animalista que presenciaron los hechos afirman haberse puesto en contacto ipso facto con la Policía Local para que interviniesen ante una presunta infracción grave, sin lograr finalmente la presencia de las autoridades y provocando un enfrentamiento con los responsables, que estaban repartidos por diferentes puntos del centro.

"Se precisa que las autoridades estén disponibles también para los animales. En Tenerife es raro que una sola llamada logre convocarlos; normalmente se requieren llamadas reiteradas durante varios días y por parte de varias personas para que se atienda un caso de supuesto maltrato animal, y no solo con los loros, sino con cualquier otro asunto que tenga que ver con los animales. Esto solo atrasa el problema y lo agrava mientras se colapsan las centralitas", sostiene la portavoz de PACMA, Yolanda Morales, que ha presentado una queja formal ante las autoridades locales.

"No se entiende que estas personas tengan la seguridad de estar cometiendo infracciones en público en zonas donde la presencia de policía es relativamente frecuente, y que aún así se permitan el lujo de continuar con la actividad", apunta. "Aquí hay un problema visible: o se desconoce la normativa o se vulnera conscientemente".