Crece la presencia de los juegos de azar entre menores
El informe muestra un incremento de los problemas derivados con el uso de juegos de azar online entre jóvenes y adolescentes. Los datos son claros: 16% reconoce tener problemas con los juegos de azar; otro 16% se siente culpable por apostar y un 14% reconoce haber intentado dejar de jugar, sin éxito. También declaran, en un 6% de los casos, haber cogido dinero para apostar.
Por género, dos de cada tres personas que reconocen tener un problema con este tipo de juego se identifican como varones, pero la presencia femenina casi ocupa el otro tercio. En el caso de ellos, el juego está estrechamente vinculado con las apuestas deportivas y ruletas online. En ellas, los hábitos de juego están más diluidos.
Afectación de la salud mental adolescente
Los resultados muestran, además, una creciente conducta de ocio compatible con cuadros adictivos, una situación que se presenta cuando la conducta de juego se vuelve descontrolada y recurrente, llegando a deteriorar las relaciones personales, la convivencia, el interés por los estudios y a generar un estrés emocional significativo para la persona y su entorno.
Para Óscar Lorenzo, coordinador del estudio, los indicadores clínicos detectados muestran que más personas en edad adolescente tienen niveles importantes de afectación psicológica, síntomas de dependencia, abstinencia y afectación de la salud mental. "Cada vez conocemos más casos de personas jóvenes adictas al juego que requieren de intervención asistencial para la extinción de la conducta adictiva y la recuperación psicológica, emocional y social".
El experto también pone énfasis en las políticas preventivas "Uno de los principales problemas es el libre acceso a portales de juego no regulados por el Estado. Son páginas en las que los menores pueden realizar juego de azar online". A diferencia de los sitios regulados, que cuentan con mecanismos de identificación y verificación de edad, en los portales no regulados un menor no tiene ninguna limitación de acceso.
"Una vez se establece la dinámica de juego y recompensa es muy tentador repetir hasta que el hábito pasa a ser adicción. Si no se ponen límites, el problema puede llegar a ser desbordante", concluye Lorenzo.