La Concejalía de Juventud que dirige la edil Amanda Cárdenes ha organizado esta campaña con un carácter claramente preventivo coincidiendo con la celebración de las fiestas locales de El Tablero y San Fernando de Maspalomas, atendiendo a los peligros y consecuencias derivadas de los excesos que los jóvenes suelen cometer durante las mismas en relación con la bebida.
La campaña la están desarrollando dos expertas voluntarias de Cruz Roja Juventud del municipio, Adriana Perera y Deborah Rodríguez, y está montada a base de una proyección en power point y de charlas amenas y directas sobre experiencias personales con el alumnado de los centros educativos.
El primer centro beneficiario de esta campaña está siendo el IES Aguañac de El Tablero, donde se han impartido charlas a unos 240 alumnos de 2º y 3º de ESO. El siguiente centro que acogerá esta campaña será el IES Faro de Maspalomas, los próximos días 21, 22 y 23 de mayo, coincidiendo con las fiestas de San Fernando de Maspalomas.
Los contenidos de la campaña están estructurados para ofrecer a los jóvenes una visión relativamente amplia sobre el alcoholismo y sus características, su impacto social, el tratamiento de la enfermedad, los peligros de las intoxicaciones etílicas y cómo actuar ante ellas, y los motivos que llevan a los jóvenes a beber alcohol.
El consumo de alcohol, muchas veces de forma incontrolada, es un asunto-problema cada vez más preocupante que desconcierta tanto a padres y como a educadores. Los jóvenes acceden a ese consumo cada vez a edades más tempranas, y se está detectando a nivel global un fenómeno social de consumo de fines de semana que acaban en borracheras.
La forma en la que beben los jóvenes es distinta a como los hacían sus padres, porque suelen hacerlo sin autocontrol, de forma compulsiva y rápidamente, y a edades cada vez más tempranas, pues el hábito de beber socialmente ha ido disminuyendo hasta situarse entre los 14 y los 16 años.
A ese respecto existen estudios que refieren que la cantidad promedio de alcohol que consumen semanalmente los jóvenes está cercana a los límites considerados peligrosos para la salud. Ese consumo se centra casi exclusivamente en los fines de semana y se hace de una manera compulsiva y muy rápidamente. Además, ese consumo es facilitado por la mayor capacidad económica y de movilidad que ahora disfrutan los jóvenes.