Hay diferentes formas clínicas, la más frecuente se caracteriza por lesiones rojas y escamosas que se suelen situar en los codos, las rodillas, la zona baja de la espalda o el cuero cabelludo.
Aparece con más frecuencia en personas con antecedentes familiares e influyen aspectos como el estrés, las medicinas, otras enfermedades relacionadas y circunstancias puntuales en la vida del individuo. No se sabe qué es exactamente lo que la desencadena.
Al no saber la causa con precisión, en la actualidad no tiene cura. Hay mucha investigación en marcha y los especialistas cuentan con una amplio abanico de tratamientos, desde nuevas sustancias puestas en la piel, tópicas, a productos que actúan cada vez más cerca del origen de la enfermedad, en el sistema inmunitario, que pueden hacer remitir, desaparecer las lesiones largos períodos de tiempo.
Debemos destacar que no es una enfermedad contagiosa pero, aún así, hay un gran rechazo social. El 80% de los pacientes con psoriasis activa afirma vivir con el estigma de la enfermedad y aquellos que ya no la presentan viven con temor su reaparición.