En los últimos años se ha constatado un aumento en el número de especies disponibles en el mercado internacional. La compra-venta de fauna exótica facilita la llegada a Canarias de especies no nativas que conllevan riesgos medio ambientales, ya que en ocasiones llegan a comportarse como especies invasoras que ponen en peligro el ecosistema autóctono. En este grupo de especies no autóctonas se encuentra arañas, escorpiones y serpientes venenosas que llegan a Canarias de forma irregular y que sus propietarios mantienen de forma oculta.
En caso de fuga o abandono por parte de sus propietarios estas especies peligrosas suponen un peligro para la ciudadanía por la letalidad de sus venenos y por las dificultades para conseguir antídotos específicos en Canarias. A modo de ejemplo, en 2015 se confiscaron a un particular 32 escorpiones, varios de ellos pertenecientes a las 5 especies más tóxicas del mundo. En otras ocasiones, se ha detectado la venta en Canarias de especies peligrosas a través de las redes sociales.
La creación de un banco de antíditos requiere articular un sistema efectivo de reacción ante una mordedura o picadura potencialmente letal que ofrezca una atención inmediata y efectiva. Para ello, es preciso desarrollar acciones formativas que permitan la actualización de los protocolos de atención, especialmente en los servicios de urgencias, para el adecuado diagnóstico y tratamiento.
En cualquier caso, es importante recordar que estas especies peligrosas que no son propias de Canarias llegan hasta nuestro territorio por una vía ilegal, poniendo en peligro la salud de la ciudadanía. Por este motivo, es fundamental concienciar a los propietarios del peligro para la salud que ello supone. No obstante, la auténtica prevención pasa por el respeto a las leyes que regulan la importación de animales.