La lista de deficiencias se extiende, si hablamos, por ejemplo, de la ausencia de Paritorios, del retraso en la creación de los Quirófanos de Cirugía Menor Ambulatoria, del Servicio de Esterilización o de que esos espacios, debieran haber albergado a un Servicio de Rehabilitación adecuadamente dotado, que en estos momentos está concertado y del que ahora ya no se podrá disponer en un futuro.
Abundando en los déficits, toca hablar de las plantillas de profesionales, como siempre por debajo de los ratios establecidos en cuanto a la población asistida, o si se quiere, de cuestiones más al uso cotidiano como la calidad de las comidas que se sirven a los pacientes hospitalizados, en su gran mayoría geriátricos, o la ausencia de un servicio de peluquería.
Lo que no ofrece dudas es que, 200.000 ciudadanos del Área Norte de la isla de Tenerife, tienen limitado su derecho a la prestación de los Servicios Sanitarios Públicos por la falta de voluntad política de este Gobierno de Canarias y del conjunto del equipo directivo que en esta materia, han colocado al frente.
Desde Intersindical Canaria, exigimos a los responsables que se habiliten los medios que sean necesarios para que este "sucedáneo" de hospital que nos han vendido, se transforme en un verdadero Hospital Comarcal que garantice la asistencia sanitaria en condiciones de equidad a la ciudadanía.