En este sentido, el Sindicato de Enfermería destaca que estos profesionales proporcionan una atención integral a la salud sexual, reproductiva y maternal de la mujer, y, en lo referido a la maternidad, además de asistir el embarazo y posterior parto, atienden sus necesidades en la fase de puerperio normal tras el nacimiento, así como las del recién nacido sano hasta que casi cumple un mes de vida.
Además, añade, en la adolescencia de cualquier mujer, las matronas y matrones realizan actividades educativas e informativas en materia de salud sexual y reproductiva, métodos anticonceptivos, hábitos de vida saludables o prevención del cáncer de cuello de útero, mientras que, en el embarazo, parto y puerperio, asesoran y educan para la salud a la embarazada y su pareja en aspectos como la alimentación, ejercicios, higiene, sexualidad o depresión postparto, entre otros.
En una etapa adulta, estos profesionales desarrollan actividades educativas en materia de salud sexual y reproductiva y trabajan en la detección precoz de distintos cánceres, como el de cuello uterino, mama o genital, así como en la atención en el climaterio o la prevención de las alteraciones de suelo pélvico, incontinencia urinaria, etc.
Por ello, el Sindicato de Enfermería ha querido aprovechar también la conmemoración a nivel mundial de la labor de las matronas y matrones para destacar la necesidad de que nuestro país cuente con el número de profesionales suficiente para dar respuesta a todas las necesidades de la mujer en las distintas etapas de su vida, así como del recién nacido y su pareja.
Al respecto, SATSE recuerda que, según distintos estudios y análisis, España cuenta con un número claramente insuficiente de especialistas en Enfermería Obstétrico-Ginecológica, por lo que insta a las distintas administraciones sanitarias competentes a que refuercen las plantillas de estos profesionales sanitarios, tanto en los hospitales como en los centros de salud.
Por último, la organización sindical vuelve a reclamar que las administraciones sanitarias públicas pongan en marcha los mecanismos necesarios para evitar que las conocidas como 'doulas' continúen realizando una actividad que, además de ilegal y suponer un claro ejemplo de intrusismo profesional, puede conllevar riesgos para la salud de madres y niños.