Para perfeccionar la estafa, usó documentos nacionales de identidad de, al menos, siete ancianos sin que éstos lo supieran y falsificó sus firmas para la realización de los contratos.
Tras numerosas declaraciones de imputados y testigos, se averiguó que el padre del empleado de la empresa de telefonía, que ejercía de futurólogo, obtuvo la documentación, que más tarde proporcionó a su hijo, de un trabajador de una residencia de ancianos y cliente asiduo a sus sesiones de tarot.
Al empleado se le detuvo en la localidad de Alcorcón (Madrid), donde se encontraba trabajando en otra empresa del mismo sector. Los detenidos, en unión del Atestado instruido, han sido puestos a disposición de la Autoridad Judicial competente.