El incidente se produjo en la isla de Gran Canaria al contactar el padre del bebé con el SUC mediante una llamada al 1-1-2 e informar que la niña no respiraba. Mientras se enviaba al lugar del incidente los recursos sanitarios adecuados, la médico coordinadora del SUC le indicó al padre que colocara a la niña sobre una mesa y le hiciera respiraciones muy suaves por la nariz y la boca. A la tercera respiración realizada por el progenitor la bebé comenzó a llorar.
Cuando llegó la ambulancia sanitarizada al domicilio, la niña hizo una nueva parada respiratoria y fue recuperada de nuevo por el personal sanitario del SUC. Una vez estabilizada fue trasladada en este recurso sanitario al Hospital Materno Infantil donde quedó ingresada.