Según el jurado queda probado que la madre de Tindaya y Joseba asfixió a los dos niños en la vivienda en la que residían en la calle Primero de Armenia del barrio de Vistabella de la capital tinerfeña, y que ambos convivieron durante cuatro días con los dos cadáveres.
A los padres de los niños asesinados se le imputaban dos delitos de asesinato por los que la Fiscalía pedía veinte años de prisión por cada muerte.
Una de las dos acusaciones particulares y la acusación popular solicitaban que se les impusiese una pena de 36 años de prisión para cada uno de ellos, mientras que la de él solicita 35 años.