El comando armado estaba formado por cinco hombres, según ha confirmado el Gobierno. En la operación de rescate, dos terroristas han sido abatidos y uno más detenido. Otros dos se cree que han podido huir.
El asalto comenzó al mediodía. Hombres armados con kaláshnikov y ataviados con uniformes militares trataron de entrar alrededor de las 12.30 en el Parlamento de Túnez. Agentes que custodiaban la Cámara se percataron de que los uniformados no llevaban armas reglamentarias y, al pedirles que se detuvieran, se desató un tiroteo durante el cual los asaltantes lograron huir hacia el museo, que está al lado de la sede del legislativo.
Rehenes en el museo
Allí, en el museo, los terroristas tomaron rehenes, tras herir a los guardias de seguridad del recinto. El edificio fue rodeado de inmediato por un equipo de operaciones especiales, que irrumpió en su interior en torno a las 14.30 para liberar a todos los rehenes.
Policías tunecinos apostados frente al Museo del Bardo en posición de ataque. Fuente: REUTERS/Zoubeir Souissi
En el interior del museo, el más importante y visitado del país árabe, había unas 200 personas en el momento del asalto, muchos de ellos niños ya que en Túnez se encuentran esta semana con vacaciones escolares. Varios turistas tuitearon imágenes desde el interior, como esta, durante el ataque.
Ataque en el corazón político y cultural de Túnez
El Museo del Bardo es la sede de la mejor colección de mosaicos romanos. Es el museo más popular de Túnez y uno de los más visitados. El primer ministro tiene claro cuál ha sido la intención del ataque.
Nuestro país está en peligro
"Esta operación cobarde tiene como objetivo primordial la economía tunecina", ha dicho Essid, que cree que los terroristas han buscado danar el sector turístico, la principal fuente de ingresos del país. "Nuestro país está en peligro", ha añadido.
Sobre la autoría del ataque nada se sabe por el momento. Túnez, el primer país en el que estalló la primavera árabe hace cuatro años, ha sido escenario en las últimas semanas de un repunte de la actividad yihadista en la región de Kaserine, en la frontera oeste con Argelia, zona montañosa que utilizan como bastión radicales locales y también otros procedentes del país vecino y otros estados de la zona como Mali, Marruecos o Mauritania.
Túnez fue el primer país en el que estalló la primavera árabe hace cuatro años. Hoy es el primer exportador de yihadistas a Siria e Irak para combatir con el Estado Islámico. Según fuentes de Inteligencia de EE.UU. unos 3.000 combatientes han salido del país en los últimos meses.