Fue una patrulla de servicio quien se percató de la presencia en los anexos de la vivienda del posteriormente detenido de varios sacos de fertilizantes y un fuerte olor a marihuana, inspeccionando los exteriores de unos corrales cercanos, observando como de un invernadero sobresalían por su parte superior numerosas plantas de marihuana de gran tamaño, pudiendo llegar algunas de ellas a los cuatro metros de altura.
El propio detenido entregó personal y voluntariamente las plantas incautadas, que sumaron un total de 43 plantas; las cuales dieron un peso global, una vez cortadas, de 39 kilogramos.
Siendo posteriormente puesto a disposición del Juzgado de Guardia de los de Puerto del Rosario, que decretó su posterior puesta en libertad a la espera de la correspondiente vista oral del juicio.