Según informó el subdelegado del Gobierno en Santa Cruz de Tenerife, Guillermo Díaz, A.O.R. era un empresario del sector del plátano originario de La Palma que había regresado a Canarias tras emigrar a Venezuela. Y tanto su hija como su yerno eran residentes canarios.
La alerta la dio precisamente el detenido, nieto del hombre más mayor e hijo adoptivo de la pareja, al que la Guardia Civil tomó declaración, ya que presentaba heridas y cortes en las manos y restos de sangre. Según ha explicado a los agentes, escuchó ruido en la casa y forcejeó con una persona que, tal y como les ha explicado, huyó.
Las muertes se han producido por apuñalamiento. Los tres fallecidos convivían en la misma casa, en una finca de Guaza, localidad al sur de la isla de Tenerife.
La delegada del Gobierno en Canarias, Mercedes Roldós, ha llamado a no hacer ahora hipótesis preliminares porque la investigación sigue su curso y aún es "prematuro".