Estas carencias son ya desde hace muchos años conocidas y denunciadas, pero lamentablemente, continúan presentes. El desentendimiento por parte de los diferentes gobiernos españoles con relación a nuestra situación geográfica, no sólo por nuestra distancia de la Metrópoli sino por las características de nuestra orografía, ahonda si cabe mucho más en el desprecio hacia nuestra tierra. En estos nuevos incendios, una vez más, los hidroaviones, imprescindibles y doblemente efectivos en la primera fase del incendio, no comienzan a actuar hasta dos y tres días después de iniciado el siniestro a sabiendas que por nuestra orografía buena parte de la labor de extinción sólo se puede realizar desde el aire. Pero es que tampoco ni el Estado ni a iniciativa de ejecutivo canario, tuvieron la precaución de mantener en las islas al menos uno de los aparatos participantes en la extinción de los anteriores incendios. Por otro lado, la precaria dotación de medios aéreos (constituido solo por helicópteros), ven reducida aún más su escasa operatividad al tener que ser distribuidos en dos incendios coincidente en islas diferentes.
El Gobierno Canario, repitiendo lo ya dicho con ocasión de cada incendio forestal, se queja de esta circunstancia, pero no da explicaciones de por qué en todo este tiempo atrás no ha procedido a adquirir un solo hidroavión, aunque contrariamente, anda más preocupado por solicitar ayudas para construir puertos y trenes innecesarios y acometer inversiones en obras suntuosas no imprescindibles para nuestra tierra.
La labor de prevención supone dotar a los servicios medioambientales insulares y municipales de plantillas de personal contratado de forma estable durante todo el año y en todos los rincones de nuestros montes. Sin embargo, gran parte de las cuadrillas medioambientales han dejado de contratarse en estos últimos años por la reducción de los fondos destinados al cuidado del territorio natural. Además, colaboradores estimables es esto trabajos, se han perdido puestos de trabajo en los cuerpos de bomberos de las Islas. Se da así la circunstancia que una parte de los efectivos contra incendios que han venido actuando, son de carácter voluntario.
Desde Intersindical Canaria, conscientes de la riqueza natural de las islas, pero también de su fragilidad ante agentes lesivos (Garajonay acoge el 50% de la laurisilva canaria), consideramos que la prevención y dotación de medios para la defensa del patrimonio natural de las islas, debe convertirse en objetivo prioritario de los gobiernos para este mismo año. Ello nos lleva a exigir a las instituciones, insular, canaria y estatal, y en cada uno de sus ámbitos de competencias, se proceda a la inmediata creación de una red de protección forestal con la dotación de recursos técnicos y humanos que las circunstancia exigen. No por casualidad, con gran diferencia, Canarias en la zona del Estado más desprotegida en materia de extinción de incendios forestales.