El Parlamento de Canarias ha querido rememorar el "glorioso hito" que para España supuso la proclamación de la Constitución de 1812, "la primera que canceló las anacrónicas injusticias del Antiguo Régimen y frente a la monarquía absoluta estableció la soberanía nacional, la separación de poderes, el sufragio universal y la libertad de expresión".
Así lo ha asegurado el presidente de la Cámara regional, Antonio Castro, durante su intervención en el Pleno institucional con el que la Cámara regional ha homenajeado no solamente a 'La Pepa' sino a los cuatro diputados canarios que representaron a las Islas en las Cortes de Cádiz: el gomero Antonio José Ruíz de Padrón, los tinerfeños Santiago Key Muñoz y Pedro Gordillo Ramos y el grancanario Fernando de Llarena Franchy.
EN PIE DE IGUALDAD
"La Carta Magna de 1812 puso a Canarias en pie de igualdad con el resto de los territorios europeos y de ultramar. La nueva organización política y administrativa de España articuló en provincias y municipios los vastos territorios y acercó por primera vez la administración a los vecinos", ha asegurado Castro.
En la declaración institucional previa al discurso de Castro, la Cámara, "en su nombre y en el de todas las instituciones de nuestro Archipiélago", ha expresado "su emocionado recuerdo y sentido homenaje a los políticos que, en nombre de su pueblo, promulgaron el 19 de marzo de 1812, la primera Constitución de la Monarquía Española, fundamento sobre el que se levanta la democracia que hoy disfrutamos".
"Con ese propósito, nombra y elogia la inteligencia y celo de los canarios que, con mayor representación que otros territorios del Estado, interpretaron los sentimientos de nuestra ciudadanía y reivindicaron sus aspiraciones de libertad, justicia y progreso, que quedaron plasmados en el texto Constitucional", afirma el texto leído por el secretario primero de la Cámara, José Miguel González..
Con la música de 'Los Reales Fuegos Artificiales' de Haendel y del 'Divertimento en Fa' de Mozart dio comienzo el acto institucional en el que Castro ha resaltado que "en aquellos memorables debates triunfaron las tesis liberales, porque la verdad y la razón siempre prevalecen, pero, además, se recogió el espíritu de leyes tradicionales, abolidas o postergadas con el cambio dinástico que, en un país diverso, había impuesto su tradicional centralismo".
"La libertad no consiste sólo en hacer lo que se quiere, sino, principalmente, en hacer lo que se debe. El respeto es la primera regla para coexistir en sociedad. El trabajo responsable es aquel que tiene, como fin prioritario, el servicio a los demás", afirmó Castro para, a continuación, resaltar que "en aquella coyuntura primaron la libertad, el respeto y el trabajo".
LOS CUATRO 'DOCEAÑISTAS'
En este punto, Castro recordó a Ruiz de Padrón, "franciscano secularizado que ganó fama de orador culto y vibrante como ponente en la abolición de la Inquisición."; Key Muñoz, que buscó "principalmente la restauración monárquica; pero, a la vez, respaldó un texto progresista que garantizaba nuevas reglas para la nación"; Gordillo Ramos, "canónigo de la Catedral de Santa Ana y que, en el curso de los debates, presidió la patriótica y posibilista asamblea"; y Llarena Franchy, "funcionario de carrera y que, en ocasiones votó con el reformismo liberal y en otras, con los conservadores que abogaron por la recuperación de ciertas normas del acervo histórico".
"Entendemos como imperativo ético, que su recuerdo perdure entre nosotros y su ejemplo nos ilustre en las decisiones legislativas que se adoptan en esta Cámara", dijo Castro, para "los cuatro fueron consecuentes con las exigencias de un ciclo difícil y tenso y a ellas dedicaron su talento, su esfuerzo y su sacrificio".
"Sirvieron a Canarias con profunda lealtad e intachable comportamiento", afirmó.
PUENTE DE 200 AÑOS
Por último, Castro quiso tender un puente de 200 años de historia, puesto que si las Cortes de Cádiz "marcaron el arranque de nuestro parlamentarismo", la Constitución de 1978 inició "el principio de una era en la que, tras los intentos republicanos y superada la dictadura, se reconocía la realidad de un país diverso, cuyas singularidades reclamaban tratos específicos, dentro de las libertades e igualdad de derechos de todos".
"A los políticos de esta hora, cuando celebramos dos siglos de un texto que abrió paso a la esperanza, nos corresponde interpretar los rumbos actuales, las inquietudes de nuestros administrados y el reconocimiento de que, sin duda alguna, estamos en los umbrales de una Edad que presenta problemas, demanda soluciones y ofrece posibilidades inéditas", afirmó.
Toda vez que, para Castro, "la principal enseñanza que nos dejó la Constitución de 1812 fue su adaptación a las coordenadas sociales, territoriales y temporales para las que se promulgó".
"A nosotros nos cumple hacerlo, aquí y ahora, con la misma ilusión y la misma voluntad de acuerdo; con la misma disposición para anteponer los grandes objetivos a las posiciones personales o de grupo; con la misma generosidad y el mismo sacrificio que derrocharon los diputados constituyentes que, desde Cádiz, regalaron al país una norma fundamental, que garantizaba un nuevo marco de libre y provechosa convivencia", afirmó.
Para concluir, el presidente del Parlamento recordó que "hace dos siglos manifestar 'Viva La Pepa' era pedir libertad, justicia y demandar relación leal y respetuosa entre las distintas ideologías".
"En ese sentido, señorías, autoridades, señoras y señores, en homenaje a la gloriosa página de nuestra historia común, en voz alta digo hoy, 'Viva La Pepa", concluyó