La candidatura ha sido promovida por el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, a través de la Concejalía de Medio Ambiente, cuya responsable, Yuri Mas, valora el trabajo desarrollado previamente. "Tras numerosas reuniones con los ayuntamientos de La Laguna y Tegueste, junto al Cabildo y los vecinos de la zona, donde se ha informado acerca de los beneficios de pertenecer a esta red mundial, por fin optamos a un título con el que se reconocería internacionalmente al Parque Rural, por ser un medio natural de gran diversidad y elevado grado de conservación".

La concejala agradeció el esfuerzo y la implicación demostrada por los ayuntamientos y el Cabildo, "por acoger con entusiasmo esta iniciativa, que redundará en el beneficio de todos". También hizo una mención especial a los vecinos de la zona, "ya que sin su inestimable colaboración este proyecto jamás se habría podido tramitar, puesto que ellos son los auténticos protagonistas del cuidado y conservación del Macizo".

"La Fuerza de un Territorio" es el lema que encabeza esta iniciativa, que será defendida ante la Unesco por Marisa Tejedor, catedrática de Edafología y Química Agrícola de la Universidad de La Laguna, institución docente de la que fue rectora (1990-1995), además de ex consejera del Gobierno de Canarias.

"Se trata de la persona idónea para desempeñar esta labor, ya que su formación en Edafología, ciencia que estudia la composición y naturaleza del suelo y su relación con las plantas y el entorno que le rodea, le otorga un conocimiento exacto de la valía que posee Anaga para alzarse con la distinción", indica la concejala. Asimismo, Mas incide en "la enorme importancia que tiene para el conjunto del Archipiélago alcanzar esta denominación, ya que Tenerife es la única isla que está pendiente de conseguir este título; es una vieja y ansiada consideración que situaría esta zona inigualable en el lugar que se merece, dentro de esta red de ecosistemas internacionales".

El título de Reserva de la Biosfera es propuesto por los diferentes estados miembros y reconocido a nivel internacional dentro del marco del programa Hombre y Biosfera (MAB) de la Unesco. Se trata de áreas que pertenecen a ecosistemas terrestres o costeros representativos, cuya importancia para el suministro de conocimientos prácticos y científicos y de valores humanos puedan contribuir al desarrollo sostenible.

Frente a otras figuras de protección de espacios naturales, en las Reservas de la Biosfera es esencial que la población local juegue un papel activo, participando en la búsqueda y desarrollo de dichas formas sostenibles de explotación. Las Reservas de la Biosfera constituyen espacios de encuentro entre las políticas de conservación y de desarrollo local, de forma que la experiencia adquirida pueda extrapolarse a otros territorios.