Entre otros factores, la presión política internacional consiguió hacer desistir a Repsol de llevar a cabo trabajos petrolíferos frente a esta zona, con un área turística y ecológicamente muy importante. Recordamos que esta zona está próxima al área donde la plataforma petrolífera Deepwater Horizont de British Petroleum causó hace apenas dos años una de las más dañinas y extensas mareas negras de la historia. El proyecto anulado en esta ocasión situaba las plataformas de extracción a 72 kilómetros de la costa estadounidense y 50 de la cubana, a menos profundidad que en Fuerteventura y en Lanzarote, y afectaban a un área seis veces menor que en Canarias.
Los máximos representantes públicos de las dos islas, declaradas en su integridad "Reservas de la Biosfera" por Naciones Unidas, recuerdan también que "pese a que las prospecciones en aguas profundas se realizaban dentro del área de competencia de Cuba, desde Florida el sector turístico y los congresistas levantaron su voz, llevaron el debate a Washington y hasta influyeron en los accionistas de Repsol, en buena medida norteamericanos, para que trasladara sus quejas al ámbito internacional por las posibles consecuencias que tendría sobre el ecosistema de la zona y su industria turística".
El resultado, subrayan ambos presidentes canarios, "es que lo que Repsol vende ahora como un fracaso en la perforación de los pozos porque no se encontró petróleo, es muy probablemente el fruto de las presiones internacionales por la amenaza petrolera en las costas de EEUU, con embargos comerciales incluidos de por medio".
La multinacional petrolera Repsol comenzó las perforaciones de petróleo en las aguas de Cuba en enero de 2012, como parte de una gran inversión asegurando que en aguas profundas de Cuba había grandes reservas de petróleo.
Al parecer, las perforaciones en la zona se habrían realizado a unos 1.700 metros de profundidad (en Fuerteventura y Lanzarote sería el doble) en el Estrecho de Florida, lo que levantó alertas en los Estados Unidos y en especial en Miami. Se había anunciado que perforaría tres pozos que rendirían hasta 20.000 millones de barriles de petróleo en sus aguas de explotación. El área afectada por las perforaciones era de 112.000 km2; en Canarias, la superficie es seis veces mayor.
PELIGROSO Y CARO
El portal internacional de noticias de la BBC para América Latina (http://www.bbc.co.uk/news/world-latin-america-18256895) recogió recientemente esta información acompañada de unas declaraciones del portavoz de Repsol Kristian Rix, reconociendo además que el abandono de sus proyectos en Cuba está relacionado también con el riesgo que implican las perforaciones en alta mar.
A finales de 2011 un grupo de 34 congresistas estadounidenses pidieron a la multinacional Repsol que cancelara sus planes de explorar en busca de petróleo en aguas de Cuba, advirtiendo de que en caso contrario la compañía podría enfrentarse con importantes riesgos comerciales y legales en Estados Unidos.
En una carta fechada el 27 de septiembre y enviada al presidente de Repsol, Antonio Brufau, congresistas republicanos y demócratas encabezados por la republicana por Florida Ileana Ros-Lehtinen, advirtieron a la empresa española de que corría el riesgo de dañar sus intereses comerciales en Estados Unidos si seguía adelante con sus planes petrolíferos en aguas de Cuba, frente a las costas de Miami.
"Pedimos respetuosamente que Repsol abandone todas las actividades de perforación petrolera que ha propuesto en aguas de Cuba", dijo la carta firmada por los 34 legisladores, entre los que se incluye Debbie Wasserman Schultz, presidenta del Comité Nacional Demócrata.
Ros-Lehtinen, presidenta del Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara señaló entonces que "este plan de perforación petrolera pone en peligro el medio ambiente". Unos meses más tarde Repsol ha anunciado su marcha de la zona.
Las instituciones y las ciudadanías de Lanzarote y Fuerteventura han manifestado reiteradamente, desde hace más de diez años, su firme oposición al asentamiento de instalaciones petroquímicas para extraer crudo frente a las costas de ambas islas. Las actividades de Repsol, de la alemana RWE y de la australiana Woodside, suponen una amenaza de enorme envergadura para el medio ambiente y el turismo de las islas, de los que dependen decenas de miles de empleos.
Las circunstancias y argumentos que han servido para retirar el proyecto en aguas cubanas son prácticamente idénticos a los que concurren en aguas canarias, por lo que ambos Cabildos solicitan a Repsol y al gobierno español reconsideren los proyectos y los permisos concedidos para retirar de inmediato, como lo han hecho en Cuba, los planes de extracción petrolífera en el océano. Ambas administraciones recuerdan que el esfuerzo, las inversiones y el futuro en materia de energía en Canarias se debe focalizar hacia las energías renovables, sostenibles, limpias, y mucho más económicas para las arcas públicas.