La Institución herreña recogió en la Campaña de 2016 un total de 181 pollos de esta especie. Se estima que existen 30.000 parejas en todo el Archipiélago, de las que más de 4.000 nidifican en la isla de El Hierro.
Las pardelas, junto con petreles y fulmares, pertenecen al orden procellariformes, viven gran parte de su vida en el mar y han evolucionado adaptándose a las condiciones que el medio les impone, adquiriendo densos plumajes que les impermeabilizan e impiden las pérdida de calo. Poseen patas palmeadas para poder nadar, picos fuertes y ganchudos para capturar sus presas e incluso una glándula situada a nivel de los ojos que les permite beber agua de mar y eliminar el cloruro sódico.
En general, las aves marinas crían en colonias y en el caso de la pardela cenicienta se reúne en grandes números antes del anochecer. El principal problema que amenaza a estos animales radica en la desorientación de los pollos por la contaminación lumínica, así como otros factores de menos incidencia en la isla relativos a su caza ilegal, la sobre pesca, y las muertes que se producen en redes y palangres.