El Celta no conseguía reaccionar y sufría la tensión de su rival. Modric dispuso de una gran actuación, pero su disparo se perdió por la línea de fondo. De igual modo que un remate de cabeza de Cristiano Ronaldo que no veía puerta, tras un gran centro de Higuaín.
Los visitantes no habían venido a ver ganar a su rival y tuvieron la primera ocasión a los 25 minutos de juego con un disparo cruzado de Iago Aspas, que salvó Iker Casillas. El portugués dispuso de otra antes del descanso, que repelió el larguero, y parecía muy ansioso por marcar.
RONALDO TUVO SU PREMIO.
Tras el descanso, Mourinho buscó más intensidad a través de Di María, que sustituía a Kaká, mientras que Paco Herrera echaba el resto y sustituía a Bustos por el delantero centro Mario Bermejo, retrasando la posición de Aspas, que sería sustituido posteriormente por el mediático Park. En el campo, Ronaldo las tenía de todos los colores y se llevaba las manos a la cabeza desquiciado.
Sin embargo, tanto ímpetu acabó teniendo premio. Un claro penalti de Cabral sobre Özil fue ejecutado a la perfección por el astro, que engañó a Sergio cerca del minuto 70. Callejón sustituyó a Özil, y el canterano dejó acciones para el recuerdo, como un gran control en el área rival, que apunto estuvo de convertir en gol. Benzema pudo poner la guinda al encuentro en el descuento, pero su gol fue anulado.
Una victoria corta, pero cómoda, que ayuda a Mourinho a recomponer su ego tras las bajas provocadas por el 'virus FIFA'. El Real Madrid, guiado por la verticalidad que caracteriza al portugués, ya mira al Borussia Dortmund, al que visitará el próximo miércoles en Liga de Campeones.