El estadounidense Darryl Monroe comenzó muy pronto con su exhibición, y fue autor de siete de los quince puntos iniciales de la escuadra manresana. En el otro lado apenas podía Eulis Báez campear el temporal que sacudía la Avenida Marítima en una soleada mañana invernal. La entrada de Waters dinamizó aún más la ofensiva de los visitantes, que se vieron nueve arriba gracias a la facilidad para anotar (8-17, minuto 7). Siete puntos consecutivos del mentado Waters, más una asistencia a Koguere, disparaban a los de Borja Comenge, que firmaron un primer cuarto para enmarcar. Finalizados los diez minutos, resultado de 15-33.
Un triple de Albert Oliver servía para dar por abierto el segundo acto, y también para animar un poco las gradas amarillas. El acierto del base catalán, que cumplió hoy 400 partidos en ACB, fue contestado por otro triple de Álex Hernández, que a su vez vio cómo Ben Hansbrough ponía la réplica desde más allá de 6,75. Cuando parecía que la escuadra claretiana apretaba el marcador, salía algún francotirador manresano. Primero fue Eriksson, y luego Hernández. La diferencia, eso sí, bajaba gradualmente gracias a la mejoría defensiva de los locales y a los puntos de Hansbrough. Un tiro libre suyo acercaba a 13 a los pupilos de Pedro Martínez (30-43, minuto 18). Anotaba Waters su punto número 16 y suponía esa canasta el final de la anotación manresana en la primera mitad. De ese 32-49 se pasó a un esperanzador 38-49 con el que ambos equipos encararon el túnel de vestuario.
Pero el parón no significó un cambio de tónica. El encuentro siguió transcurriendo por los mismos cauces. No se llegó tan siquiera a bajar del listón sicológico de los diez minutos de desventaja. Es más, no hacía más que aumentar. Los primeros minutos se tradujeron en un parcial idéntico al del inicio del partido: 4-10 con triple del sueco Eriksson incluido. A cada intento de reacción amarillo, mazazo en forma de acierto exterior o de canasta fácil de los de Comenge. Una canasta de Giannopoulos amenazaba con mandar la ventaja por encima de la veintena de puntos (45-64, minuto 28), aunque los amarillos lograron que no sucediera. Se sufrió, no obstante, por anotar en un tercer cuarto en el que se registraron diez puntos locales, por dieciocho visitantes (49-67).
El último cuarto careció completamente de historia. La Bruixa d'Or, consciente de la victoria, supo manejar los tempos en todo momento y dosificó a la perfección una ventaja que menguó en algunos momentos, pero que nunca pareció poder desaparecer. Un tiro libre de Hansbrough, autor hoy de 17 puntos, dejaba la diferencia en quince puntos (60-75), pero su acierto dio pie a un parcial de 0-8 con el que se llegó al tiempo muerto de la televisión con 60-83 a menos de tres minutos para el final. A partir de ahí, presión y maquillaje del Herbalife Gran Canaria, que acabó cediendo por tan solo quince puntos (70-85).
Con este resultado, la clasificación a la Copa sigue siendo virtual y no matemática, y los grancanarios viajarán a Málaga el domingo con el objetivo de seguir luchando por ser cabeza de serie en la cita malacitana de febrero.
