Este resultado coloca al golfista canario con muy buenas opciones de pasar el corte el viernes. Su vuelta ha tenido dos partes muy bien diferenciadas. Empezaba brillante, fino, preciso. Sus primeros nueve hoyos (del 9 al 17) han sido un canto a la excelencia en un recorrido que la USGA (Asociación de Golf de Estados Unidos) ha preparado con una dureza extrema. Hacía tiempo que no se veían unas condiciones tan severas. Así las cosas, el resultado de Cabrera Bello hay que considerarlo bueno, aunque el regusto final de la jornada pueda ser amargo.
Rafa pasaba los nueve primeros hoyos con un excelente parcial de dos bajo par y sólido como una maza. Hasta ese momento no había fallado ningún green y su juego desde el tee había sido soberbio. Incluso, se dejó por el camino alguna buena opción de birdie, como en el 14 y el 15, con sendos putts de menos de tres metros.
El primer green que falló fue el 18. Y cayó el bogey. Su segundo tiro se marchó al rough por el lado malo y no pudo hacer la recuperación. No obstante, encaró bajo par el tramo más difícil con diferencia del Olympic Club, el que va del hoyo 1 al 6.
Cabrera no estuvo tan fino como en el inicio. Falló nuevamente el green del 1 por el lado malo y cayó un nuevo bogey. Llegaba el tramo en el que había que agarrarse y el canario lo hizo. Cayó otro bogey en el hoyo 2 y un doble bogey en el 5. Ahí conseguía parar la sangría y terminaba con tres pares consecutivos.
Rafa reflejaba cierta decepción después de la vuelta: "en la parte más difícil del recorrido no he jugado bien, he fallado por el lado malo y sin opción de recuperar. Acabo un poco decepcionado con esto. Me queda el sabor agridulce de que una muy buena vuelta se convierte en algo corriente. He fallado tiros por el sitio que no se debe. Al final, una vuelta muy buena se ha ido desangrando...".