Este año, el experimentado atleta italiano, un fijo en este tipo de retos de ultradistancia, puso la directa desde el comienzo y no dio opción a sus rivales, corriendo en solitario desde el inicio del reto. Si bien el año pasado tuvo que frenar su ritmo lastrado por problemas físicos, esta vez Kienzl no ha descansado y su paso por las bases de vida ha sido fugaz. A las 22:00 horas del jueves, tras salir de Santa Lucía de Tirajana, se mostraba muy confiado: "En ocho horas puedo estar en la meta", señalaba exultante.
Así, el ganador de la 360º rebaja en más de 10 horas la marca que registraba el año pasado con un recorrido diferente pero de similares características técnicas. A su llegada a meta, las únicas palabras que pudo pronunciar fueron: "Estoy muy contento por repetir victoria, pero muy, muy cansado". A esta hora, el búlgaro Andrey Gridin marcha en segunda posición a la altura de Bahía Feliz, a menos de 17 kilómetros para alcanzar la línea de meta. La italiana Annemarie Gross lidera la categoría femenina a su paso por Valsequillo, a unos 65 kilómetros de la meta.