El grupo de Alejandro Martínez opositó con razones de peso durante buena parte del encuentro, desactivó la atalaya de 217 centímetros de Mejri, no se dejó impresionar por la 'Miudiño Connection' y llegó a manejar rentas, incluso, de seis puntos mediado el segundo cuarto. Sin embargo, acabó perdiendo en un epílogo tremendamente igualado, donde decidieron los pequeños detalles.
Nunca hasta esta tercera jornada había sido tan estrecha la frontera entre la derrota y la victoria, pero el Canarias acabó muriendo en la orilla. Y eso que por momentos puso al Blusens contra las cuerdas. Lo hizo en el primer acto, pese a ceder terreno en el rebote defensivo (siete capturas en ataque cogieron los de Moncho Fernández antes del receso) y conceder demasiadas segundas opciones.
Y lo hizo básicamente porque el equipo aurinegro jugó con inteligencia y criterio, desenchufó de entrada al perímetro gallego (1/10 en triples hasta bien entrado el segundo cuarto) y no se dejó impresionar por el partidazo de la semana pasada del tunecino Salah Mejri. Martínez jugó la baza de salir con dos aleros altos (Saúl Blanco y Levi Rost), que dieron guerra en ataque y anularon de inicio el juego exterior de los anfitriones.
Crecía el partido con señales optimistas para los aurinegros, incluso después de que la salida a pista de Oriol Junyent (siete puntos casi seguidos) creara ciertos problemas en la pintura. Un triple sobre la bocina de Nico Richotti desde más de media cancha y a una mano en un escorzo casi inverosímil, daba ventaja a los canaristas al filo del segundo cuarto (17-18) y daba pie a varios minutos brillantes de la segunda unidad tinerfeña.
Fotis Lampropoulos respondió con dos acciones consecutivas a Junyent, el Canarias afinó aún más en ataque y amagó incluso con abrir brecha (20-26, 22-28 y 24-30). Fue entonces cuando despertó Corbacho, quien siguió armando el brazo con suma rapidez para enderezar el rumbo de los suyos desde el perímetro. Tres triples del mallorquín camino del descanso devolvieron el equilibrio a la contienda (38-37, 20').
Con el partido metido ya de lleno en un pulso tremendamente igualado, ambos equipos apretaron atrás. El Canarias comenzó a cerrar mejor su aro, evitó las fugas en el rebote defensivo y no perdió nunca la cara al partido, pese al empuje de la afición local, que trataba de llevar a los suyos en volandas. Un 2+1 de Levi Rost seguido de una gran acción defensiva del grupo que agotó la posesión de los 24 segundos (42-43) y un buen final de cuarto de Nico Richotti cimentaban las opciones isleñas (46-47, 30').
Opciones que se diluyeron en el último cuarto. Por un lado, porque a los aurinegros le costó un mundo anotar de entrada (sólo dos libres de Fotis en cuatro minutos largos). Y por otro, porque Kendall y Junyent dieron un paso al frente para tomar las riendas del partido. Eso y la inoportuna aparición de Corbacho condenaría a los canaristas, que no obstante siguieron peleando hasta el último suspiro.
La fe de los tinerfeños no permitió al Blusens romper el partido, ni siquiera después de irse hasta los ocho de ventaja (64-56, 38'). Varias acciones de valentía de Richotti y un triple Blagota Sekulic pusieron otra vez el partido a tiro (67-64 a falta de 51 segundos). Fue entonces cuando Corbacho volvió a martillear desde el 6,75 las esperanzas aurinegras con un nuevo triple casi definitivo (70-64). Lo intentó, no obstante, el Canarias, que llegó a ponerse a tres puntos en los últimos segundos (71-68) e intentó incluso forzar la prórroga, pero los triples de Guillén y del propio Nico fueron escupidos por el aro.
fuente CB Canarias, Foto Tenerifedeportivo.com
